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Bomarzo (Manuel Mújica Láinez)

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Bomarzo (Manuel Mújica Láinez)

Bomarzo es un lugar real, un estrambótico jardín situado cerca de Viterbo, en Italia, donde se cuenta que el propietario, el duque Pier Francesco Orsini, encargó en el S.XVI un emplazamiento plagado de gigantescas esculturas fantásticas donde llorar la muerte de su esposa.

Mújica Lainez. Comunidad Lectora

Venga, dispara esa foto, que tengo que escribir un libro.

Este sitio impactó a Mújica de tal forma, que decidió emprender la recreación de la vida del duque. Y el retrato de este personaje es la espina dorsal de «Bomarzo«. 

Pier Francesco Orsini – familiarmente Vicino – es en «Bomarzo« el contrahecho hijo menor de una poderosa familia, (amigos: el Renacimiento no fueron sólo los Borgia, aconsejo un poco de documentación sobre los Orsini, dolce far niente!), para el cual no se espera gran cosa una vez descartado el hecho de que no va a morir tras su nacimiento (¡¿por qué me estoy acordando de los Lannister?!).

La configuración de su compleja personalidad, página a página, es magnífica y llena de matices. Se inicia como el pobre niño rico, lleno del resentimiento que le provoca el rechazo familiar. Ser un Orsini considerado improductivo e inútil.

 

Mújica va cincelando a Vicino a través de su trayectoria vital hasta convertirlo en un adulto alucinado, excéntrico, vengativo y atormentado. Incapaz de demostrar afecto, pero sí capaz de amar. A su manera. No sería el yerno ideal en ninguna casa, pobre Vicino. drago

Bomarzo es el duque. Su dueño y creador. Y define con su poliédrica personalidad el concepto de un lugar y un tiempo, el Renacimiento en Italia. La triste historia de Vicino Orsini aparece enmarcada de los tópicos más atrayentes de la época: traiciones, reinos, guerras, poder, alquimia. Y que son las cartas en el tablero de juego de los Médici, los Farnesio o los Sforza. Sin embargo no os dejéis engatusar, «Bomarzo« no es una novela histórica al uso, de fluida y facilona lectura. Es más bien densa, oscura, tenebrosa y amarga.

Neptuno

La novela fue inspiración para la creación de una ópera en 1.964.

«Siempre ansié delirantemente, hasta las lágrimas, que me amaran». ¿Fue realmente Pier Francesco Orsini como Mújica Láinez lo imaginó? I want it to know…

Quo vadis (Henryk Sienkiewicz)

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Quo vadis (Henryk Sienkiewicz)

Finalmente empezó 2017. En este blog, el presente año comienza en el mes de Febrero. Palabrita de honor que soy una máquina con la lectura, pero ya sabéis eso de que los propósitos del año nuevo son bonitos de mirar. Pero desde el horizonte. Y que las ideas  de uno casi siempre viajan más rápido de lo que lo hacen tus dedos en un teclado, por lo que he tenido que posponer los post de todo aquello que he venido leyendo debido a ..»otros compromisos». Oye, sin dar muchas explicaciones y quedas como Dios.

Total, que me he decidido a ponerme de largo con Quo Vadis, que para todos aquellos que no lo sepáis viene a ser «¿Quién va?», pero en latín, que queda más aparente.

 

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Representación de naumaquia en El Coliseo, por Ulpiano Checa. 

En todas las novelas históricas se desarrollan una o varias historias personales dentro de un marco temporal en particular. También casi siempre pasa que ese marco sea lo más atractivo de la novela, cuando es solvente, está bien documentado y convincentemente contextualizado con la trama. Quiero decir que si te gusta la Historia entenderás lo que digo: que el autor consiga esa envolvente sensación de que tú estás allí. Independientemente de que el protagonista sea un tío/a aburrido/a o un personaje fascinante. Ése es el principal motivo que nos lleva a leer novela histórica. Porque en otro caso bastaría con leer novela, y punto.

 

Dicho esto, Quo Vadis se desarrolla (deslumbrantemente) en la Roma de Nerón. Este personaje llegó a ser emperador tras el asesinato de su tío, quien previamente lo había adoptado como hijo, Claudio.  Ha pasado a la Historia como un gobernante cruel, histriónico y extravagante. No se sabe hasta qué punto se le juzga desde la leyenda o desde las referencias contemporáneas a él que nos han llegado, pero lo cierto es que su terrorífica persecución hacia los cristianos parece suficientemente documentada.

 

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Famosa escena de «Quo Vadis» en que Ligia, hija de un rey bárbaro y esclava en Roma, es sacrificada junto a un toro para disfrute de los romanos en un festival.

 

Tomando el hilo de lo anterior acerca del marco histórico, sobre el planteamiento de Sienkiewicz en Quo Vadis: las tensiones políticas del momento, el funcionamiento de la política interior, la figura del propio Nerón (más o menos verídica), la exposición de la sociedad romana, especialmente de las clases altas pero también de las más bajas, consiguen que te veas estupendo con tu toga desde el momento que abres el libro.

En contraposición, las historias personales no me gustaron. La historia de amor es bastante ñoña (bella esclava enamora al amo), aunque no sé hasta qué punto la asocio al recuerdo de la famosa película que se rodó en los años dorados de Hollywood, donde por cierto no ha habido un Nerón más acertado en el mundo mundial que aquél de Peter Ustinov.quo-vadis-01-magazine-ined21

Lobas de mar (Zoé Valdés)

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Lobas de mar (Zoé Valdés)

No sé ni cómo empezar este post en el que tengo que explicar lo mala que me ha parecido esta novela. Lo cierto es que la cubana Zoé Valdés es una autora reconocida en el mundo literario de habla hispana y con varias obras premiadas. Así pues, a menudo los autores más prolíficos

Y qué mejor que poner esta foto de la autora, después de lo dicho en este post, para culminar mi venganza. Habla por sí sola.

Y qué mejor que poner esta foto de la autora, después de lo dicho en este post, para culminar mi venganza. Habla por sí sola.

pueden llegar a contar con alguna que otra obra más floja entre otras que pueden considerarse mejores. A veces los escritores profesionales escriben novelas por encargo o la temática puede venir sugerida por las editoriales en función de unos u otros intereses. Pero es que en realidad lo sorprendente de su «Lobas de mar» no es que le haya salido floja a Valdés, sino que sea verdaderamente tan, pero tan mala. Qué queréis que os diga, este blog no está para dorarle la píldora a nadie.

Ann Bony & Mary Read. Comunidad Lectora

Las supuestas filibusteras. Propuesta de tatuaje en la nalga para cualquier fan.

«Lobas de mar» narra las aventuras (basadas en dos historias reales) de dos mujeres, Ann Bonny y Mary Read, que en el S.XVII se embarcan bajo apariencia masculina y por diversos motivos, en un barco pirata. Algunos pensaréis que puede tratarse de una trama atractiva, por aquello de las aventuras y demás fanfarrias.

Lo que a mí me llamó la antención (creo haberlo comentado ya en algún otra post) es que haya unos hechos reales detrás. Y para los seguidores de los premios, otro gancho para «Lobas de mar» podría ser que obtuvo el Fernando Lara 2003 (premio vinculado al Grupo Planeta, para que os vayáis haciendo a la idea). Sin embargo, no sólo se trata de una historia pobre, con personajes planos, telenoveleros -en el peor sentido de la palabra-, con situaciones absurdas, más propias de un héroe de cómic pasado de rosca, que de algo que remotamente hubiera podido suceder de verdad. Zoé Valdés hace suyo eso de cualquier parecido con la realidad... Se pasa de «comercial», por no decir peliculera. Y no quiero dejar de mencionar las escenas de sexo, que le quedan de lo más soez, para dejarlo en un único término.

Pero si lo que os estoy contando os parece poco, documentándome en la red he encontrado comentarios de otros lectores en los que se hila realmente fino con esta novela. En este blog podréis encontrar un listado de (atención) ¡palabras que aparecen en la obra y que no existen en castellano! Yo, que no he conseguido ese nivel de análisis, sí que pude advertir repeticiones tediosas de sustantivos como filibustera (ahí es nada) cada cuatro renglones, o resbalones cronológicos o geográficos, como cuando habla de Santo Domingo y La Española como de dos lugares físicamente distintos (!). Mejor que un premio, yo le hubiera dado a Valdés un Atlas de regalo.

¿Es posible que una novela como ésta pueda obtener un premio literario? Si queréis saber lo que opino de los Premios Planeta, echad un vistazo a este post sobre «Pura Vida», de Mendiluce.

Y no puedo dejar de citar otros resbalones, en este caso publicados por El Cultural en junio de 2003: «Ocurre en este tipo de obras que los sucesos prevalecen sobre el modo de referirlos. Y uno se deja llevar por lo que ocurre a pesar de cómo se dice. Anoto, por ejemplo, en las tres primeras páginas nada menos que 18 gerundios […] Muy cerquita, en tres líneas se encadenan los términos maquinadora, aprovechadora y conocedora, con un efecto sonoro deplorable.»

Y no digo más, que me da la risa. Si tenéis mucha curiosidad, lo mejor es leerlo y así sabéis de qué os hablo.

La reina descalza (Ildefonso Falcones)

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La reina descalza (Ildefonso Falcones)

Atención a los lectores amantes de los superventas porque van a disfrutar de lo lindo con Ildefonso Falcones.

Concretamente la novela que nos ocupa, «La reina descalza», es su último lanzamiento tras los éxitos de «La catedral del mar» (su primera novela) y «La mano de Fátima». Las tres están englobadas en el género de la novela histórica que es donde el autor parece sentirse más cómodo, amén de que es donde hasta ahora ha cosechado grandes triunfos comerciales.

«La reina descalza» es una historia de las que engancha, permítaseme lo sobado y poco rebuscado de la expresión, pero ciertamente se trata de una prosa ágil, una historia de personajes, numerosas tramas que se entrecruzan, y un contexto histórico, el de la España del S.XVIII, que resultan una gran combinación para disfrutar de una lectura cómoda y agradable. En realidad esta novela, como las otras dos de Falcones, responden a este patrón que suele coincidir con el de aquellas novelas más exitosas a nivel de público. Máxime cuando nos encontramos en un momento de auge de la novela histórica.

El argumento principal gira en torno a la vida de los gitanos a mediados del XVIII en el barrio de Triana, que si 250px-Marquis_de_Ensenadaahora es folkórico, imaginad hace tres siglos; en una Sevilla a punto de sufrir – junto con el resto del país- la racista redada del Marqués de la Ensenada. Seguro que todos sabéis de qué estoy hablando (¡vamos!, faltaría más). Los gitanos fueron deportados, separados por sexos, y confinados en auténticos campos de concentración con el único fin de su extinción. Una joya, este marqués.

Junto con Milagros y Melchor Vega, dos gitanos que llevan el peso principal de la historia, está el personaje de Caridad, una antigua esclava venida de Cuba, donde dedicaba su miserable y vacía vida al cultivo del tabaco en una hacienda.

Sarao gitano en pleno siglo XVIII. No lo mejoran ni «Los del Río»

En mi opinión, Caridad es el personaje con más profundidad y más trabajado por Falcones. Es el que más creíblemente evoluciona de una forma que no resulta forzada (aaayyyy, cuánto personaje peliculero capaz de lo más heróico hemos visto en este tipo de novelas). Acaba siendo el nexo de unión para los dos anteriores personajes, y aunque no tiene un rol fundamental a la hora de presentarnos esa Sevilla calé tan expresiva, sí que podemos conocer a través de ella lo que fueron los grandes latifundios caribeños, el papel de la Iglesia en los mismos, la esclavitud.

Madrid del siglo XVIII.
Los barrenderos eran un invento del futuro.

Además de lo mencionado: usos y costumbres del XVIII (sencillamente a-pa-sio-nan-te), la Triana más gitana, el mundo de los esclavos venidos de las Indias o el cultivo artesano del tabaco, entre otros temas, «La reina descalza» nos ofrece otras visiones la mar de atractivas sobre, por ejemplo, la vida más aristocrática en la capital del Reino (Madrid), el mundo de los teatros y cómicos del momento, los avatares políticos con los Borbones, la burocracia o el papel de la Iglesia en la sociedad de entonces. Falcones me ha sorprendido gratamente por lo documentado del contexto.

Realmente cualquiera de estas materias seria un gancho fascinante para acercarse a esta novela. Fuera prejuicios acerca de los más vendidos y disponeos para pasar un agradable rato aprendiendo.

Yo, Claudio (Robert Graves)

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Yo, Claudio (Robert Graves)

No sé si sois o no aficionados a las biografías como género literario. Como en casi todas las historias, en las biografías depende mucho del interés que nos despierte el personaje que es objeto de estudio, como es natural. No obstante, hay que tener otros tantos detalles en cuenta que no son moco de pavo: desde luego, cuando el autor es el propio biogriafiado (autobiografías, para que nos entendamos), siempre habrá un puntito de subjetivismo en lo que nos cuentan. Por el contrario, cuando se trata de un escritor que dedica un libro a un personaje en particular, puede deberse a que ya existe cierto interés, incluso fascinación, por el biografiado. Y esto tiene cierto peligro porque puede tratarse de obras en las que esa admiración puede impedir el rigor y objetividad obligada cuando se mira desde la distancia las decisiones y experiencias de otro.

¿Por qué suelto este rollo para hablar de Yo, Claudio? Bien: esta novela es uno de esos casos en los que un autor fija su mirada en un personaje histórico y decide retratarlo, si bien no con una biografía en todo su significado, sí con un relato de ficción que trata de ser una autobiografía del propio emperador Claudio, que decide dejar por escrito un relato espectacular y realista de la Roma post-César, y de las intrigas y poder de su familia, los omnipotentes Julia-Claudia.

Yo claudio titulos

Graves lo hace con la suficiente distancia y equilibrio hacia la historia verídica que resulta una obra real, totalmente creíble, donde se mantiene un rigor acerca de lo que se cuenta que hace de esta novela una auténtica maravilla. Y es que éste es uno de los casos donde se conjuga un autor bien documentado sobre el marco histórico y los hechos ciertos que se nos cuentan, con un sentido de la elegancia, dignidad y psicología del personaje que hace que podamos considerarlo casi una biografía en todo su sentido.

Cuando hablamos de lo bien documentada que aparece la época imperial de Roma, no es arbitrario. Graves se basó en las obras de Tácito, Plutarco o Suetonio, llegando a traducir del latín algunas de ellas. La obra es asombrosamente precisa.

Si por casualidad os interesa esta seductora época de la Historia, aunque no tengáis especial interés por las biografías o las obras monográficas, tenéis la obligación de leer Yo, Claudio. No en vano estamos hablando de uno de los grandísimos best-seller del S.XX.

La comedida, circunspecta y prudente interpretación del Claudio de la serie.

La comedida, circunspecta y prudente interpretación del Claudio de la serie, D. Jacobi.

Toda la obra está narrada en primera persona y en realidad esta novela es solamente la primera parte de la historia de Claudio; la segunda es Claudio el dios y su esposa Mesalina. El éxito de esta obra también fue el motivo por el que se realizó una adaptación de la misma a serie televisiva, la cual, por cierto, también gozó de un importante éxito de público y crítica.

Los Borgia (Mario Puzo)

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Los Borgia (Mario Puzo)

Muchos de vosotros conoceréis a Mario Puzo por su inolvidable saga de El Padrino. Realmente fueron estos libros los que lo catapultaron a la fama e hicieron de él un  autor reconocido, especialmente cuando algunos de ellos fueron adaptados al cine con tan grandiosa elocuencia como hizo Coppola (de las que Puzo fue co-guionista, llegando incluso a ganar el Oscar en esta categoría por los dos primeros filmes). Sin embargo, no todos conoceréis que uno de sus pasiones fue la Edad Moderna europea, siendo Los Borgia uno de sus grandes mitos personales.

«Una copa de vino con César Borgia». Nos da la imagen que casi todos tenemos de la intrigante familia a través de la evocación de John Collier.

Puzo dedicó gran parte de su vida a leer acerca del Renacimiento, pero fueron sus novelas sobre la mafia lo que lo catapultó al éxito y lo que las editoras y lectores habían reclamado siempre de él como autor. Por este motivo, no fue hasta los últimos años de su vida cuando decidió dedicarse a escribir «Los Borgia», aquella  carismática familia a la que tantos años había dedicado a estudiar y tanto interés suscitaba en él, olvidando los intereses más comerciales de su trabajo literario.

De hecho, Puzo dejó esta obra inconclusa tras su muerte y fue terminada por su  colaboradora y pareja sentimental (previamente enfermera, un poco de cotilleo nunca hace mal a nadie), Carol Gino en 2.005.El resultado es una novela bastante completa, donde se conjugan los hechos reales e históricamente contrastados con el analítico tratamiento que Puzo hace de los protagonistas. Todos los seguidores de novela histórica coincidiréis conmigo en que este modo de abordar estas obras es el habitual, y el hecho de combinar la parte verídica con la inevitable interpretación personal del autor para tratar los matices, defectos y virtudes de cada personaje, es inevitable. Y nos procura a los lectores una manera de llegar a la Historia y a la vez comprenderla en parte, al menos vista con los ojos de alguien (mejor o peor) documentado.

Hablemos un poco de quiénes son los protagonistas.

Alejandro VI: a Dios rogando y con el mazo dando…

Rodrigo Borgia, el cabeza indiscutible de familia y posterior Papa Alejandro VI. Qué decir… en dos palabras: ¡MENUDO PÁJARO! Consiguió, con todo en contra, convertirse en un Papa extranjero y llevar a la familia Borgia a lo más alto; desde luego sin reparar mucho en asuntos de moralidad ni ética alguna, es decir: el fin justifica los medios, y para engrandecer los Estados Pontificios y favorecer de paso a los suyos, a este señor nada se le ponía por delante.

César, sin la máscara que llevó tantos años para ocultar las secuelas de la sífilis… ay pillín.

César Borgia, gran promesa familiar desde su infancia debido a su fuerte carácter y ambición. Su padre se encargó de hacerlo cardenal y posterior capitán general del ejército vaticano, además de duque y otro montón de títulos nobiliarios (aquí se ve que la avaricia era un pecadillo sin importancia). Su relación, las malas lenguas afirman que incestuosa, con su hermana Lucrecia ha hecho correr ríos y ríos de tinta. Pero a estas alturas, de qué nos vamos a extrañar ya con esta gente…

Lucrecia, la bella entre bestias. Aquí con un look pre Woodstock-hippie del S.XV.

La bella, dulce e inocente Lucrecia Borgia. Los historiadores nos vienen contando que con esta mujer no se ha hecho nunca la justicia debida, pues se nos presentó siempre como una auténtica devorahombres sin piedad, además de ser descrita como ambiciosa y sin escrúpulo alguno. El mismito demonio, vaya. Sin embargo últimamente varias biografías suyas han pincelado a una mujer que se limitó a ser un peón en manos de su padre, que hizo uso de ella como más beneficioso le resultara a sus intereses, y que se trató de una mujer culta y con una sensibilidad fuera de duda.

Éstos son unos apuntes muy leves de lo que podríamos (o no) conocer de antemano de algunos de Los Borgia. Pero que no decaiga porque como pasa con casi todos los libros, los personajes, como las personas reales, estos están cargados de cientos de connotaciones, matices y contradicciones, y sus actos no siempre se corresponden con lo que se espera de ellos. Así que podéis llevaros alguna sorpresa a la vez que conocéis un poco mejor lo que fue la Roma y El Vaticano de los S. XV y XVI. Pues para quien no haya tenido ningún contacto anterior con la historia de aquella oligarquía italianala Roma renacentista, esta novela es una introducción estupenda. Sin duda, una época apasionante donde las haya.

«Los Borgia» de Mario Puzo nos acercará un poco más a las tramas e intrigas vaticanas que tantas leyendas han levantado a su paso, teniendo en cuenta que muchísimas de las cosas que se nos cuenta fueron absoluta y definitivamente reales.

Opus Nigrum (Marguerite Yourcenar)

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Opus Nigrum (Marguerite Yourcenar)

Marguerite Yorucenar es uno de esos iconos de la Literatura con mayúsculas. Probablemente muchos de vosotros la conoceréis por la que se asume como la obra cumbre de esta escritora, «Memorias de Adriano». Lógicamente, para llegar a ser un icono no puedes quedarte en una sólo obra, por más que sea considerada el súmmun de la novela histórica.

Si sumamos a lo anteriormente dicho el conocimiento (aunque sea por encima, como es mi caso) de algunos datos relevantes sobre esta fascinante mujer, como que ya a los ocho años ya leía a Aristófanes, entre otros, que a los diez años sabía latín y griego, o que rompió esquemas con su intelecto fuera de serie y su interés por la investigación y la Historia, no aptos para mentes obstusas de la época que le tocó vivir, y añadiendo a esto que además de ser mujer, para colmo, era bisexual, imaginad lo tentador que resultaba bucear un poco en la obra de esta escritora.

Lo primero que intenté fueron, lógicamente, las «Memorias de Adriano». Sin embargo no conseguí terminarlas. He de reconocer que esperaba una biografía novelada, si no una biografía al uso, al menos. Pero allí encontré más Filosofía de la que yo podía tolerar por aquel entonces, y aunque mi fascinanción por su persona y el gusto la novela histórica me empujaban a hacerlo, finalmente reconozco que no pude acabar con aquel libro. De hecho, no me quedaron ganas ni de volverlo a intentar con los años.

Yourcenar, con más pinta de abuela cuenta cuentos que de primera mujer admitida en la Academia Francesa.

Como los más avispados habréis podido suponer, la prosa de Yourcenar no es ni de lejos sencilla. Sus profundos conocimientos de ciertos periodos históricos la hacen muy tentadora para alguien que disfruta más de la Historia como ciencia, que de la novela como entretenimiento. Sin embargo las tramas llegan a ser densas y lentas, lo que le da una de cal y otra de arena a aquellos que quieran aventurarse con alguna de sus obras.

O lo que es lo mismo: la cosa negra. Una fórmula que hacía referencia a la disolución de la materia. La historia se desarrolla en la Europa medieval, S. XVI en Flandes, donde el alquimista, científico, investigador, médico y filósofo Zenón, pretende salir de la ignorancia que caracterizó en parte aquella época, enfrentándose para ello a una condena a muerte por parte de la Inquisición. El protagonista se dedica a recorrer el contienente procurando no ser descubierto, a la vez que continúa intrigado y dedicado a eso que algunos consideran tan peligroso como es «querer saber más». El contexto histórico de «Opus Nigrum» me resulta fascinante: el paso de la oscura y crudad Edad Media hacia el Renacimiento y lo que supuso a nivel de cultural, ideológico, religioso, y de todas aquellas nuevas concepciones del mundo. Como todos sabéis, fue precisamente en Centroeuropa donde se gestó lo que posteriormente sería la revolución de Lutero y el protestantismo. Menudo bofetón en la cara de la intocable Iglesia Católica y Romana… ¡uf! El personaje está inspirado en todos aquellos que a través de la investigación contribuyeron a esa ruptura de ideas: Da Vinci, Galileo, Servet…

La profunda interpretación de los personajes y de su tiempo, característica de Yourcenar, permitirá a los lectores descubrir muchas paradojas de la época, que además podremos contrastar con algunas otras de la época actual. Sin embargo me atrevo a decir que no se trata de una novela para coger a tardes sueltas los domingos lluviosos, pues requiere de cierta concentración y una entrega total al estilo tan intenso, de máxima cultura y de esa profundidad que es rasgo esencial de la literatura de Marguerite Yourcenar.

El desafío de las damas (Almudena de Arteaga)

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El desafío de las damas (Almudena de Arteaga)

Lo sé… Gran parte de la novela histórica, sobre todo desde el auge comercial del que lleva disfrutando en España desde hace algunos años con autores súperventas como Matilde AsensiEl Último Catón«), Arturo Pérez Reverte («El Asedio« o la saga de «Alatriste») o Ildefonso Falcones La Catedral del Mar«, «La mano de Fátima» o «La reina descalza»), se trata de un género un tanto desvirtuado últimamente por aquello de procurar hacerlo lo más comercial posible, aprovechando el tirón que – como digo – está viviendo. En realidad hay a quien le gusta tal como ha sido siempre (con títulos legendarios como «Sinhué el Egipcio» o «Quo Vadis«, por ejemplo), y hay quien ha comenzado a disfrutarlo recientemente enganchado/a por las tendencias de best-seller de algunas de estas obras más destinadas a un consumo de entretenimiento.

Sea cual sea el motivo por el que tengamos entre manos uno de estos libros, debemos disfrutar cada vez que un autor sea capaz de trasladarnos a la época en cuestión, llegando a permitirnos hacer un viaje en el tiempo a través de una de sus obras. En mi humilde opinión, si esto se cumple, el servicio al lector está consumado. Claro, que depende en gran parte de nuestra capacidad de evocar ambientes distintos a través de la imaginación, pero desde luego hacerlo a través de un libro es la cosa más parecida a un viaje a través de la Historia que he podido experimentar.

¡Pero ojo!: muy importante y destacable, además de lo anteriormente citado, es el hecho de plantearnos cuánto sabemos de Historia (con mayúscula). Porque por mucha imaginación que le ponga el autor, y muchas ganas que nosotros le echemos, si una obra de este género no está suficientemente documentada y existe una base sólida de investigación previa, lo que termina saliendo es una bazofia de las que es mejor mantenerse alejado, porque le quitan a uno las ganas de volver a coger novela histórica nunca más. Hay que ser muy exigente como lector, y muy riguroso como autor. Cuando más conozcamos la etapa histórica de la que nos están hablando, más disfrutaremos de la obra, y por tanto mejor sabremos apreciar lo correcto o incorrecto de lo que se nos cuenta. Amén, desde luego, del estilo literario de cada autor, pero eso es otra cuestión.

Isabel de Francia, sufrida esposa de Felipe IV

El sexappeal de Felipe IV retratado por Velázquez

También el género de la novela histórica tiene, a mi modo de ver, otro «obstáculo». Y es que en muchos casos, como en el que nos ocupa,»El desafío de las damas», las historias parecen estar destinadas a un público femenino. Lo cierto es que no sé si existen datos acerca de si hay más consumidoras que consumidores de estas novelas, pero en cualquier caso mi consejo es: no os dejéis llevar por los títulos o el diseño de las portadas. En muchas de estas novelas, como en «El desafío de las damas», encontraréis historias bien construidas, personajes definidos, tramas interesantes, y una muy buena ambientación histórica En esta obra se narra la ficticia conjura se una serie de mujeres que por distintos motivos, buscan vengarse del poderoso valido de Felipe IV, el conde duque de Olivares. Ya sabemos que, literariament, Felipe IV ha dado pié a algunas de las mejores historias como «La crónica del rey pasamado», de Torrente Ballester, o como ya hemos citado, la saga de «El Capitán Alatriste», que vive sus aventuras bajo el reinado de dicho monarca.

Almudena de Arteaga se estrenó en el género con una biografía novelada de la Princesa de Éboli, de quien es descendiente. Obtuvo un gran éxito de público y crítica y desde entonces ha publicado numerosos títulos, en general con bastante aceptación todos ellos. Sí que es cierto que está especializada en biografías de mujeres («La princesa de Éboli», «La Beltraneja, el pecado oculto de Isabel la Católica», «María de Molina» o «Eugenia de Montijo», por citar algunos), aunque también ha dedicado algunas de sus obras a hombres destacados de la Historia. Cultiva otros estilos literarios, pero es en la novela histórica donde ha cosechado mayores logros. Y aunque se mueve en diferentes etapas, los siglos correspondientes a la Edad Media y Moderna (S. XIII a S.XVII) los que yo considero su especialidad.

Taberna S. XVII.

Si nos centramos en la trama de la novela que nos ocupa, os garantizo que la intriga, la traición y la sospecha están pero que muy presentes como en cualquier novela negra. Aunque es mayormente destacable su gusto por los detalles ambientales, de manera que nos traslada a una etapa fascinante de la Historia de España donde nos describe de manera muy natural los fastos de la corte, la situación política del momento, tanto interior (hambre, descontento, picaresca) como exterior (guerras interminables y costosas), las vestimentas de todas las clases sociales, los eventos lúdicos (actos de fe, toros, representaciones teatrales en corralas), gastronomía, el ambiente callejero (diurno y nocturno)… y un largo etcétera que conseguirá haceros disfrutar como si fuérais parte de aquella sociedad que caracterizó al Siglo de Oro español. Todo ello rodeado de personajes reales, lo que hace mucho más creíble esta historia.

Corrala típica para representaciones teatrales en el S.XII

El asombroso viaje de Pomponio Flato (Eduardo Mendoza)

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El asombroso viaje de Pomponio Flato (Eduardo Mendoza)

Eduardo Mendoza es uno de esos autores con los que no te aburres leyendo. Sus historias pueden engancharte en mayor o menor medida, pero en general se trata casi siempre de una prosa fresca y fluida. Vamos, que se deja leer estupendamente. Y una cosa más, que no por obvia debe ser obviada: el sentido de lo cómico, que nunca falta en sus obras, aunque se trate de obras «serias».

Sus personajes, principalmente los protagonistas, podrían perfectamente enmarcarse en el género del anti-héroe al que las cosas no le salen del todo mal, pero después de dar numerosos bandazos previos, y siempre por casualidad, casi nunca debido a su gran destreza en la resolución de problemas. El gran anti-héroe por excelencia de Eduardo Mendoza es, sin duda, Gurb. Probablemente muchos de vosotros conozcáis ya las historias absolutamente disparatadas de Gurb, el extraterrestre que viene a la Tierra con una misión, y al que esta aventura le depara la mayor cantidad de absurdeces que puedas imaginarte.

Las disparatadas aventuras de Gurb comenzaron publicándose por entregas en un diario. La posterior novela consiguió para Mendoza un rotundo éxito de público.

Parece obligado, hablando de este escritor, hacer una mención a Sin noticias de Gurb; aunque en este caso vamos a dejarlo aquí para centrarnos en la «gamberrada» literaria con forma de novela llamada El asombroso viaje de Pomponio Flato.

La acción se sitúa en el Siglo I de nuestra era y el protagonista principal es un romano que viaja en busca de unas aguas que le den la eterna juventud. Esto le obliga a probar todas las aguas que encuentra en su camino, sufiendo por esto problemas intestinales. Esta búsqueda le lleva a Nazaret, donde se ve envuelto en la investigación de un crimen. El relato está lleno de referencias bíblicas que hasta el más ateo conoce, la mayoría tratadas con humor, unas veces sofisticado, otras negro. Mezcla varios géneros literarios, desde el policíaco hasta el histórico.Y no son pocos los que encuentran paralelismos muy obvios entre Pomponio y la figura de nuestro más famoso hidalgo, Don Quijote, que pasó por la turmix varios géneros de la época con un resultado de lo más jocoso.

Quien espere encontrar en esta obra un ejemplo de novela histórica al más puro estilo Matilde Asensi, que se despida de sus aspiraciones porque no es así. Bien es cierto que la historia se narra durante el siglo I de nuestra era, pero eso no hace de este libro novela puramente histórica. Yo diría que el término que mejor describe lo que en ella se narra es: hilaridad, comicidad, en una palabra, el humor. A grandes dosis. Para empezar, Pomponio Flato… Hasta para la elección del nombre del protagonista Mendoza ha hilado fino.

Es cierto que, como ya hemos destacado, la comicidad de esta historia puede restarle credibilidad al contexto histórico o a la profundidad de los personajes de la novela. Ciertamente, estos y otros detalles pueden pasar a un segundo plano. Sin embargo no debemos olvidar que Eduardo Mendoza es un escritor de los más reconocidos, tanto dentro como fuera de España, con numerosos premios y grandes éxitos de ventas (vaaaale, lo reconozo: ni lo uno ni lo otro hacen de por sí grandes escritores). En dos palabras: muy recomendado.

El Asedio (Arturo Pérez Reverte)

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El Asedio (Arturo Pérez Reverte)

Hace tiempo que leí esta novela, aunque me ha parecido de lo más apropiado comentarla antes de que termine este año, por eso de la conmemoración del bicentenario de la Pepa. Para quien no lo sepa, en España tuvimos nuestra «segunda Reconquista» con la Guerra de Indendencia de los franceses, allá por el año 1.808.

Fue una turbulenta y apasionante época de la Historia, que ha dado lugar a numerosísimas obras literarias, algunas de ellas noveladas, además de películas y series de TV. Todas ellas nos han permitido alardear de un orgullo patrio algo rancio y casposo, sí, pero del que no se avergüenza uno, dados los tiempos que corren. Será por eso de que hace mucho ya de aquel glorioso 2 de Mayo y no da tanto palo sentirse un poco patriota.

Como decía, se trata de una época interesantísima en la Historia de España: hija de la Ilustración  del siglo XVIII pero acunada en el Despotismo Ilustrado del recién iniciado XIX. Todo esto para explicar que el pueblo acabó siendo el gran protagonista de los hechos que desembocaron en la citada Pepa, esto es, la Constitución de 1.812. Según algunos, acabó saliendo más liberal de lo que podíamos resistir.

En este marco es donde Pérez Reverte teje las historias de varios personajes, participantes todos en mayor o menor medida de los cambios que estaban produciéndose en nuestro país en general, y en Cádiz en particular. Pero igualmente integrantes todos ellos de una sociedad que no era tan parecida como se podía esperar a la del resto de la Península. Porque, como hemos dicho ya, las tramas de esta novela se desenvuelve en tierras gaditanas, una especie de «España» independiente del resto, donde la guerra se desarrollaba de una forma bastante especial.

Como es lógico, la variedad de personajes, (cada uno perteneciente a una clase social distinta, con intereses, anhelos e ideologías diferentes), sirve al autor para tejer una red de historias que nos sirve para hacernos una idea del retrato que pretende conseguir del Cádiz de la época: liberal, pero con fuertes raíces tradicionales, patriota pero interesado en las ventajas que pueda aportar lo internacional, y pendiente siempre del hilo de la guerra para poder mantenerse en ese presente tan inestable, y con un futuro muy incierto por delante. Esta red de variados personajes, como decía, permite a Pérez Reverte que captemos el devenir de aquella sociedad. Y aunque consigue su propósito, se trata de un recurso un poco sobado, literalmente hablando.

Pocos personajes llegan a sorprender de verdad, y la macabra historia de los crímenes, que sirve de hilo conductor para relacionar entre sí estas vidas tan dispares, no llega a sorprendernos con un final en plan «el asesino era el mayordomo».

Pero en realidad, exceptuando estos pequeños detalles, se trata de una novela interesante, principalmente por dónde se sitúa, tanto en el tiempo como en el espacio. Las situaciones geográficas están muy bien descritas, así como las narraciones sobre las batallas que acontecieron. Se nota que el autor ha sido concienzudo y se ha documentado debidamente, eso sieeeempre es de agradecer. Que para ficciones al 100% ya tenemos otros formatos.