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Los asquerosos (Santiago Lorenzo)

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Los asquerosos (Santiago Lorenzo)

Santiago Lorenzo es uno de esos autores con trayectoria; no solo en lo que a las letras se refiere, sino en el  mundo cultural en general. Su recorrido incluye el ámbito del cine, como guionista y director, pasándose después al mundo de la escenografía y muñecos de animación. Finalmente decidió dejarlo todo y vive en una aldea, cual escritor de culto underground, dedicado a la literatura.

«Los asquerosos» no es su primera novela, pero sí ha sido con la que ha pegado el petardazo este pasado 2.018, con unas ventas inusitadas en el mundo de las pequeñas editoriales, llegando a colocarse en la lista de los más vendidos , y dejando tras de sí aquello de ser buenísimo para unos pocos.Santiago Lorenzo. Comunidad Lectora

Las aclamaciones y buenas críticas a la prosa de Santiago Lorenzo por parte de otros autores que aparecen en la faja del libro, ya se merecen que su madre las ponga en un marco en la pared de casa. En la entrada, con todo el orgullo.

En pocas palabras: se le considera un soplo de aire fresco, perfecta combinación de  profundidad y comicidad. Este alquimista equilibrio del 50% es delicada, pero no suele fallar. Me gusta el decálogo que le han hecho a «Los asquerosos» en El Periódico.

La historia es lo más importante. Partiendo de una infelicidad de origen, con bastante de crítica social, siempre con mucho humor. Por sus formas cómicas recurrentemente se le compara con autores más clásicos como Jardiel Poncela, Eduardo Mendoza o Mihura, ¿por qué? Pues porque todos ellos nos ponen delante una realidad bastante cruda, pero siempre percibida con unos anteojos (los suyos) que hacen al mundo un lugar ridículo y caricaturesco.

¿Qué puedes encontrar en «Los asquerosos»?

Manuel es un chaval esclavo de las condiciones sociales y laborales de este siglo. Hijo único, desatendido por sus padres, se busca la vida a través de un injusto y explotador trabajo que le permite malvivir en una infravivienda del centro. ¿Te suena? Su vida cambia radicalmente cuando se encuentra con un policía antidisturbios, y de manera ilógica y contra todo pronóstico, el herido es el otro. Su huida y devenires son narrados por una tercera persona. Sin diálogos.

La estepa española. El aislamiento, bien como necesidad, bien como imposición. Salvación en algunos casos, lamentable motivo de abandono del entorno en otros. La tristísima despoblación.

La tecnofilia y el urbanita «cuñado». Dependencia de las nuevas tecnologías, de la proyección de una vida ideal y falsa. El querer aparentar y saber de todo.

El vocabulario. Cientos de palabras inventadas, muy a lo Poncela. Sustantivos, epítetos,  a veces complejas comparaciones y giros lingüísticos.

Dimensión política. El sucio fluir del apestoso torrente de insatisfacción vital, explotación laboral, soledad, el abuso de poder o la injusta legislación, que se percibe a través de toda la narración.

Por lo demás, la clásica y machacona crítica a la burguesía (clase media, clase trabajadora, quiero y no puedo… lo dejo a vuestra elección) en sus más sutiles aspectos, puede acabar siendo un pelín repetitiva.

 

Memorias de un amante sarnoso (Groucho Marx)

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Memorias de un amante sarnoso (Groucho Marx)

Considerando quién es el padre de la criatura, entenderemos «Memorias de un amante sarnoso» como un ensayo humorístico. Ciertamente, Groucho Marx ha sido y es uno de los humoristas más atrevidos y brillantes de todos los tiempos. Estas memorias vienen a ser las evocaciones de sus propias relaciones sentimentales (las más destacadas, imagino), aunque sospecho que puedan estar algo distorsionadas para que el resultado fuera más hilarante que el real. Sobre esto último no podría poner la mano en el fuego, pero creo que en este caso bien puede haberse hecho valer aquello de el fin justifica los medios, y el resultado final es que las historias que parecen más reales no son muy cómicas, y las más chistosas tienen un regusto a exageración y retoque.

Dicho esto, me ha parecido que «Memorias de un amante sarnoso» no le hace justicia al  Groucho Marx más agudo y tronchante y resulta un libro que, aunque pudiera hacerte conocer un poco más a la persona (¡pero alto camaradas!: precaución siempre ante ese  presumible toque de deformidad de los hechos), no te sentirás deslumbrado según te vas acercando, como uno esperaría que sucediera con el personaje.

GrouchoMarx-Woman-NightCasablanca-Feb1946-2

A Groucho Marx parece que de verdad le gustaban las mujeres, y ya desde muy joven. Se autodefine como un «cazador» (y no voy a decir lo que opino de esto, porque unos renglones más abajo cito algunos párrafos para que juzguéis por vosotros mismos). Y no sólo se le reconoce como tal depredador en estas «Memorias de un amante sarnoso», sino que para mi decepción se retrata como un machista que dice cosas tan lamentables como esto: «con la posible excepción de los trapos, los institutos de belleza y Frank Sinatra, existen pocas cuestiones sobre las que coincidan las mujeres. […] Todo esto sirve para demostrar que la civilización femenina no se aparta más de quince años de la pura caverna. No obstante, ello forma parte de sus encantos.» O éste: «En materia de animales domésticos no hay ninguno que se pueda comparar con una sencilla corista carente de pedigrí. Al igual que gato de Angora, la corista permanece fiel a cualquier hombre que la alimenta.»

Si lo pilla Simone de Beauvoir, lo mata. Monkeybusiness-ThelmaTodd-GrouchoMarx1

A pesar de todo, debemos ver en estas «Memorias de un amante sarnoso» la existencia de un humor que sí existe, lo que ocurre es que no es el que disfrutamos en el S.XXI. Por otro lado, considero destacable el hecho de que Groucho era una persona prácticamente sin estudios, que consiguió labrarse una carrera como escritor y guionista fabulosa, y que era ésta una de sus grandes vocaciones, sino la mayor. Para ampliar más información sobre él, recomiendo fervientemente este artículo de Cinemanía.

 

Ha vuelto (Timur Vermes)

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Ha vuelto (Timur Vermes)

Típica imagen del Führer (la que él quería dar, por otro lado) que desmonta cómicamente «Ha vuelto».

«Ha vuelto»: me parece que Timur Vermes ha acertado con este título tan aparentemente simple, acompañándolo de una portada tan sencilla y a la vez tan elocuente. No me digáis que no resulta un conjunto de lo más expresivo y seductor. Un no te digo ná y te lo digo tó. Un sincero aplauso para el diseño de portada.

Verdaderamente me ha gustado esta novela. Siempre me ha parecido genial la idea de resucitar personajes del pasado, aunque claro, jamás de los jamases se me hubiera pasado por la cabeza traer al presente a Hitler. Alguien a quien la Historia y la sociedades más «civilizadas» han condenado, hasta el punto de que en Alemania es tabú mencionar su nombre en público. Algo así como el anticristo humano. Pero mira, estas ideas originales es lo que tienen: que sorprenden.

Hitler con su amado traje de tirolés. Casi nada.  No hay más que decir.

Adolf con su amado traje de tirolés… ¿Qué se puede decir ante semejante imagen? Lo reconozco: a mí me da miedo.

Como digo, la idea es fresca, pero no se queda sólo en eso. Porque lo mejor de «Ha vuelto» es el retrato. Empezar a pensar en un Adolf persona (permítaseme que no trate al personaje como al inhumano creador del Holocausto, porque es el regustillo que te queda después de terminar la novela. Y eso, precisamente, es el mérito de «Ha vuelto»: humaniza al personaje).  Lo que sabemos de él ha sido en muchos casos a través de su faceta de militar, estratega, canciller, líder visto desde una perspectiva histórica, algunas veces con ciertos matices personales, pero nunca he conseguido encontrar esos rasgos humanos que sí me ha transmitido esta obra… Qué queréis que os diga, por más que uno lea biografías o ensayos acerca de ciertas personas, es imposible dejar de pensar en los actos que al final, le terminan retratando (como nos pasa a todos, por otro lado).

 

La actitud de Hitler frente a las mujeres ha sido objeto de muchos ensayos. En «Ha vuelto», simplemente, te lo puedes llegar a imaginar.

El humor es inevitable en una obra como «Ha vuelto». Imaginarse que semejante personaje tuviera que desenvolverse, solo y sin recursos, en pleno S.XXI, entre el tráfico, los móviles, el lenguaje y las redes sociales, y convertirse en todo un fenómeno mediático -¡ojo! , que no es en realidad tan diferente a lo que le sucedió en vida – ya nos da una idea de qué vamos a encontrar. Aunque bien en cierto que muchos matices se pierden con la traducción. Sospecho que en alemán debe resultar mucho más cómico. En Deutschland, de hecho, «Ha vuelto» ha sido todo un fenómeno de ventas.

Lo mejor de todo es que podemos llegar a imaginar a un Adolf Hitler comiendo, atendiendo el móvil, viendo TV, paseando mientras reflexiona sobre , por ejemplo, Angela Merkel o viendo vídeos en Youtube, a la fuerza humaniza. Y os hará sonreir.

Entre limones: historia de un optimista (Chris Stewart)

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Entre limones: historia de un optimista (Chris Stewart)

No suelo recomendar los libros así a bocajarro. En general, tanto si me han encantado como si no, procuro dar una justificación razonable (de esto se trata mantener este blog ¿no?). Pero haré una excepción en el caso de «Entre limones». ¿Por qué? Porque todo es bueno en este libro.

Desde luego que habrá a quien no le haya gustado en absoluto, pero francamente, de vez en cuando cómo se agradece disfrutar de una historia que contenga suficiente dosis de realidad (incluso tratándose de ficción, necesitamos que resulte creíble aquello que nos cuentan), que podamos sentirnos identificados con los personajes (el protagonista es el típico guiri que llega de pardillo a «conquistar» la 052D4GRA-CUG-P1_1.jpgAlpujarra Granadina, ahí es nada. ¿Quién no se ha sentido ese pardillo fuera de lugar que se dice a sí mismo «¡¿qué coño hago yo aquí?» alguna vez). Por citar otro de los atractivos que encontraréis en «Entre limones» está que se narra en primera persona. Como podéis ver en las categorías, se trata de un relato autobiográfico, así que quien nos está contando esas situaciones tan reales como surrealistas es el propio autor, Chris Stewart, auténtico como la vida misma; que sufrió en sus carnes todo tipo de vicisitudes para poder cumplir su sueño de vivir en el mismo campo granadino, cayera quien cayese…

Y es que, amigos, aún hay personas que lo dejan todo para vivir en otro país, con otras costumbres, idioma, gastronomía y AN-ME-82-199x300.jpgmodo de vida, sin tener previamente la seguridad de un puesto de trabajo o un modus vivendi «al uso».

Porque la experiecia que Chris Stewart nos cuenta en esta novela es una de las historias reales más exóticas que podréis llegar a leer.

Otra de las mejores bazas de Entre limones es su enfoque humorístico. Verdaderamente os aseguro que llegaréis a pasar un buen rato con este libro, ya que las situaciones que en él se narran son hilarantes y cómicas, si bien no es ése su objetivo principal: no es un libro de humor. Pero el matiz que le da a la historia el que el protagonista sea alguien completamente ajeno a este entorno tan típica (y tópicamente) reconocible como «España profunda», termina por dejarnos perplejos y con una sonrisa en los labios.

El abuelo que saltó por la ventana y se largó (Jonas Jonasson )

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El abuelo que saltó por la ventana y se largó (Jonas Jonasson )

Poca cosa podemos contar de esta novela si no es que, francamente… nos ha parecido pobre; pobre en argumento, poco o nada profunda en personajes, y prácticamente nula en humor, que en gran parte, parece que era de lo que se trataba. En resumidas cuentas: un quiero y no puedo.

¿Por qué, entonces, resulta que «El abuelo que saltó por la ventana y se largó» ha vendido miles de ejemplares en toda Europa? Sospechamos que hay algunas razones: en primer lugar, nadie sabe cómo se inicia el proceso que lleva a un libro a ser un best-seller, pero lo que es cierto es que se trata de un río que cuando comienza a correr, termina en imparable cascada. Osea, que cuanto más oyes hablar de un autor o una obra, más curiosidad genera entre los lectores, y en última instancia, más ventas. Que luego el libro merezca o no la pena, es harina de otro costal.

Podría llegar a ser una obra recomendable para lectores adolescentes porque realmente la trama no tiene dificultad ninguna, es de fácil lectura (facilona, a mi modo de ver), puede llegar a hacernos sonreir en algunos momentos (si somos de sonrisa fácil, desde luego), e incluso hay quien podría llegar a tomar cariño a Allan Karlsson, el vejete protagonista. Aunque en realidad se nos presenta como un señor candoroso y sin maldad alguna, nosotros desgraciadamete no hemos encontrado ningún rasgo que nos resulte del menor interés…

La historia relata cómo este señor Karlsson escapa de la residencia para ancianos donde vive el mismo día en que cumple los 100 años. Esto le lleva a cometer involuntariamente una serie de delitos, que le conducen, casi sin proponérselo, a conocer a una serie de personajes con los que termina creando un grupo de amigos de lo más variopinto y estrambótico, inluyendo a un elefante entre ellos.

Entre la narración de estos hechos, se intercalan episodios de la apasionante (?) y curiosa vida de Karlsson, que además de inverosímil, no aporta absolutamente nada al personaje, puesto que después de recorrer toda Europa y parte de Asia, intimando con personajes como Mao, Stalin, Truman, Nixon o Franco, este pobre hombre sigue siendo el mismo simplón absurdo, con ciertos tintes de un posible retraso mental. Claro, viéndolo así, quién puede llegar a considerarlo como un «entreñable abuelo», que es lo que aparentemente su autor, Jonas Jonasson pretendió, en vano, sospechamos.

Su simplicidad absoluta, su falta de complicación en el estilo, las tramas, o el propio personaje protagonista, dejan a la novela súperventas de Jonas Jonasson en una mera anécdota literaria, en nuestra opinión.

Por supuesto, encontraréis por ahí muchas críticas en las que se habla de «El abuelo que saltó por la ventana y se largó» en otros términos, completamente opuestos a los que aquí leéis. ¿Cuál es nuestra recomendación? Pues que lo intentéis, que no os baséis en una única opinión, y que con estos libros tan comentados sucede que uno crea ciertas expectativas. Unas veces se cumplen con creces, otras no. Si disfrutáis leyendo, no os lo penséis dos veces. Y si no es de vuestro agrado lo que tenéis entre manos, a por otro libro, ¡que los hay a millones! Algún otro, absolutamente siempre, hay mejor.

Permiso para vivir (Antimemorias) (Alfredo Bryce Echenique)

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Permiso para vivir (Antimemorias) (Alfredo Bryce Echenique)

Antes de comenzar debo reconocer aquí que Bryce Echenique ha sido y es uno de los autores más leídos y admirados por quien aquí escribe. Aún no he tenido oportunidad de leer la totalidad de su obra. Sin embargo, desde que «La vida exagerada de Martín Romaña» cayó en mis manos, mi vida no ha vuelto a ser la misma.

Es por eso que después haber disfrutado de la reconocidísima «Un Mundo para Julius» (¡menos mal que no se llegó a rodar ninguna película!), y la ya citada «Vida exagerada de Martín Romaña», me parecía que conociera a este señor personalmentede y toda la vida, como a un viejo amigo. Así pues, me lancé de cabeza a por su hilarante autobiografía, sin paracaídas y con una predisposición absoluta.

La imagen de un Bryce, con aspecto de humano «normal», hace unos años.

Con esto no quiero decir que absolutamente todo lo que venga firmado por este señor me parezca igualmente destacable. No quiero comenzar el post hablando negativamente de mi admirado Bryce. Tampoco me refiero a que la obra que nos ocupa, «Permiso para vivir (Antimemorias)», sea una obra de peor calidad que otras. Pero, sí quiero dejar constancia de que la admiración por alguien debe partir del conocimiento más OB-JE-TI-VO posible de su obra. Y esto incluye reconocer y saber ver sus posibles defectos.

Para empezar: lo más destacable es que toma contínuamente como inspiración su propia vida. No es que haya tenido una vida aburrida, para nada. Pero ciertamente, casi todos sus protagonistas están, total o en parte, basados en sus propias experiencias vitales. Eso le quita un poco de sorpresa y creatividad al asunto, no lo vamos a negar. Así pues, cuando decidí leer su autobiografía, lo hice también con una pizca de recelo : «ojo, que a lo mejor es más de lo mismo». Sí y no.

Para quienes no conozcáis nada de la obra de Bryce Echenique, os diré resumidamente que es uno de los autores peruanos más reconocidos internacionalmente, con un número de premios acumulados bastante considerable. También ha estado varias veces entre los posibles Nobel de Literatura. Nacido en una familia adinerada y de muy alto abolengo, dedicarse a la escritura no fue nada fácil para él. Además de la oposición familiar, debió sufrir la precariedad laboral, la pobreza, la emigración, y la confrontación de ideales para con sus seres queridos. Esto ha sido una caldo de cultivo fabuloso que le ha ido de miedo a la hora de crear historias y personajes. Pero el mejor condimento que Bryce Echenique le pone a sus obras no son sus vivencias personales, sino su maravilloso y original enfoque de la vida, las personas y las relaciones. Así como un tremendo y campechano sentido del humor.

Y el Bryce actual. Más parecido a una muñeca cabbage patch kids que al hombre que fue.

Es ésta su arma más potente y con la que compensa con creces su presunta falta de creatividad. Y no me refiero exclusivamente a lo dicho en el párrafo anterior, sino al plagio puro y duro; ese fantasma tan feo que consigue que todo autor señalado como mero sospechoso, ya nunca deje de ser visto por los demás como un puro farsante, poco menos. Vaya, y con razón.

Bien: dicho esto, lo que puedo deciros de «Permiso para vivir (Antimemorias)» es que lo leáis. Pero no sin antes haberle dado algún tiento a alguna de sus obras más biográficas (sin serlo, pues son novelas en realidad), las ya citadas «Un mundo para Julius» y «La vida exagerada…». Cronológicamente van en este orden, pues la primera narra su niñez, y la segunda su juventud y primer matrimonio. Es más fácil entender la autobiografía si hemos leído las otras dos. Aunque no obligado. Os advierto que para pasar un buen rato basta con que conozcáis sólo algunas de las impresiones de Bryce Echenique para pillarle el punto absurdo a las cosas que le pasan. Porque «Permiso para vivir» tiene mucho de esa interpretación que hace Bryce de las cosas importantes. Yo he llegado a llorar de la risa (!¡) con el capítulo Hugo Jugo. No tiene desperdicio tampoco la historia sobre su tesis doctoral… Pero hay además una parte de gran sensibilidad y emociones, tan propia de este autor como el humor.

Es por algo que la continuación de esta obra se llama «Permiso para sentir».

El asombroso viaje de Pomponio Flato (Eduardo Mendoza)

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El asombroso viaje de Pomponio Flato (Eduardo Mendoza)

Eduardo Mendoza es uno de esos autores con los que no te aburres leyendo. Sus historias pueden engancharte en mayor o menor medida, pero en general se trata casi siempre de una prosa fresca y fluida. Vamos, que se deja leer estupendamente. Y una cosa más, que no por obvia debe ser obviada: el sentido de lo cómico, que nunca falta en sus obras, aunque se trate de obras «serias».

Sus personajes, principalmente los protagonistas, podrían perfectamente enmarcarse en el género del anti-héroe al que las cosas no le salen del todo mal, pero después de dar numerosos bandazos previos, y siempre por casualidad, casi nunca debido a su gran destreza en la resolución de problemas. El gran anti-héroe por excelencia de Eduardo Mendoza es, sin duda, Gurb. Probablemente muchos de vosotros conozcáis ya las historias absolutamente disparatadas de Gurb, el extraterrestre que viene a la Tierra con una misión, y al que esta aventura le depara la mayor cantidad de absurdeces que puedas imaginarte.

Las disparatadas aventuras de Gurb comenzaron publicándose por entregas en un diario. La posterior novela consiguió para Mendoza un rotundo éxito de público.

Parece obligado, hablando de este escritor, hacer una mención a Sin noticias de Gurb; aunque en este caso vamos a dejarlo aquí para centrarnos en la «gamberrada» literaria con forma de novela llamada El asombroso viaje de Pomponio Flato.

La acción se sitúa en el Siglo I de nuestra era y el protagonista principal es un romano que viaja en busca de unas aguas que le den la eterna juventud. Esto le obliga a probar todas las aguas que encuentra en su camino, sufiendo por esto problemas intestinales. Esta búsqueda le lleva a Nazaret, donde se ve envuelto en la investigación de un crimen. El relato está lleno de referencias bíblicas que hasta el más ateo conoce, la mayoría tratadas con humor, unas veces sofisticado, otras negro. Mezcla varios géneros literarios, desde el policíaco hasta el histórico.Y no son pocos los que encuentran paralelismos muy obvios entre Pomponio y la figura de nuestro más famoso hidalgo, Don Quijote, que pasó por la turmix varios géneros de la época con un resultado de lo más jocoso.

Quien espere encontrar en esta obra un ejemplo de novela histórica al más puro estilo Matilde Asensi, que se despida de sus aspiraciones porque no es así. Bien es cierto que la historia se narra durante el siglo I de nuestra era, pero eso no hace de este libro novela puramente histórica. Yo diría que el término que mejor describe lo que en ella se narra es: hilaridad, comicidad, en una palabra, el humor. A grandes dosis. Para empezar, Pomponio Flato… Hasta para la elección del nombre del protagonista Mendoza ha hilado fino.

Es cierto que, como ya hemos destacado, la comicidad de esta historia puede restarle credibilidad al contexto histórico o a la profundidad de los personajes de la novela. Ciertamente, estos y otros detalles pueden pasar a un segundo plano. Sin embargo no debemos olvidar que Eduardo Mendoza es un escritor de los más reconocidos, tanto dentro como fuera de España, con numerosos premios y grandes éxitos de ventas (vaaaale, lo reconozo: ni lo uno ni lo otro hacen de por sí grandes escritores). En dos palabras: muy recomendado.

El Diario de Bridget Jones (Helen Fielding)

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El Diario de Bridget Jones (Helen Fielding)

¡Mi queridísima Bridget! Qué hubiera sido del mundo de no haberse publicado esta novela, de no haberse hecho público el curioso y estresante mundo de las mujeres solteras occidentales en el que todas somos un poco (y algunas, como servidora un muchísimo), Bridget.

Momento braga-faja de Bridget. No me digáis que el tema «lencería femenina» no os ha puesto nunca en un apuro.

Sí, amigas, porque Bridget Jones es todas nostras;  un reflejo, querámoslo o no, de muchas de nuestras angustias vitales, inseguridades y estrategias de supervivencia femenina. Temas tabú que tienen su visión más jocosa e hilarante como la depilación, los platos de cocina «creativa» que no salen como tienen que salir, las dietas o la imagen que todas tenemos de una misma y que con todas nuestras fuerzas queremos modificar, son cosas que con Bridget parecen menos vergonzosas. Y mucho más graciosas que cuando te pasan a ti, en el humilde anonimato de tu casa, ¡dónde va a parar!

Éste es el libro ideal para esas temporadas en las que los sesos te piden un bajo rendimiento y sin embargo queremos pasar un buen rato leyendo. El Diario de Bridget Jones se trata de una novela francamente ligera y entretenida. Narrada en primera persona y con formato de diario (¡obvio!), donde en cada capítulo esta mujer y su caótico entorno pueden llegar a sorprenderte un poco más que en el anterior. Por eso recomiendo esta lectura tanto a hombres como a mujeres. Aunque no me puedo resistir a citar lo que aparece en la portada de la edición que conservo en casa, y es: “Para todas aquellas que hayan sido engañadas, plantadas o sobadas”. ¿Quién puede decir que no ha sido alguna de estas cosas alguna vez  ;)).

Alisado asiático antes de las planchas eléctricas de iones… ¡Madre, qué recuerdos!

La autora de esta novela, Helen Fielding, obtuvo un gigantesco éxito escribiendo las andanzas de Bridget Jones en la columna de un periódico hasta que se decidió a publicar estas “perlas” en una novela. Que, por cierto, y a rebufo del exitazo de aquélla, continuó con Bridget Jones, sobreviviviré. Bastante aceptable, aunque más de lo mismo. Por supuesto, éstas no son sus únicas obras, puesto que hasta la fecha ha publicado varias más. Aunque ninguna con la repercusión de la que nos ocupa. Gran parte de esta repercusión vino dada –amén de la cantidad de ejemplares vendidos del libro – por la película que protagonizó Renée Zellweger, junto con Hugh Grant y el adorable Colin Firth.

Si habéis tenido la oportunidad de ver esta película (para la que Zellweger engordó unos 30 kilos), quizá compartiréis conmigo la opinión de que Bridget tenía que haberse quedado con Mark Darcy (=Firth) desde un principio. Los malotes que prometen, prometen… ejem. enganchan cuando tienes 18 años. Pero yo no me lo había pensado ni 2 minutos, aunque fuera el sosainas de los dos.

Que quereis que os diga... Para un rato, vale. Pero toda la vida, ¡uf!

Para quienes crean que la peli es un filme empalagoso, pastelero y dirigido principalmente a mujeres, les diré que no sólo es entretenida, bien planteada, interpretada y graciosísima,  sino que además en su día recibió numerosos galardones y nominaciones a Premios tan prestigiosos como los Bafta, Globos de Oro, Goya e incluso Zellweger fue nominada a un Oscar como mejor actriz.

Zellweger-bridget-jones. Comunidad Lectora

Ya quisieran algunas quedarse en el termino medio, ¿no?
¿Y que habrá sido de las domingas de Bridget?

En fin, que no sólo recomiendo fervientemente la lectura de esta genial comedia literaria, sino también la visión de la película, que no le hace ningún feo a la obra original. Y como muestra, este botón, para que os riáis un poco.

Pasos sin huellas (F. Bermúdez de Castro)

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Pasos sin huellas (F. Bermúdez de Castro)

Tengo debilidad por esta novela. La he leído como cuatro veces, y lo que te rondaré morena. Porque es una historia absolutamente genial, que se disfruta cada vez que se lee, sea cual sea la página desde la que retomemos la lectura. En resumen: absolutamente recomendable. Sobre todo porque se trata de una obra con un estilo personalísimo que mezcla humor y drama con un sentido tal, que consigue hilvanar sucesivamente y con una viva naturalidad los sucesos que van componiendo esta historia, alternando una cosa con la otra (sonrisas y alguna lágrima) sin que perdamos el humor, y sobre todo, lleguemos a desear haber conocido alguna vez al Señor Cánel.

La verdad es que Pasos sin Huellas tiene ese toque, que evita toda aparatosidad de las grandes tragedias (aunque alguna hay).

Su protagonista, como decía, es Martín Cánel, todo un señorito español que acude a las prestigiosas instituciones británicas para labrarse un prometedor futuro. Es un estudiante de Económicas que llega con su divertido y sarcástico sentido de la vida a Londres, acompañado únicamente de su buen amigo, Antonio Ordovás. Como vemos según va desarrollándose la historia, ambos no tienen absolutamente nada en común y terminan alejándose de forma inevitable. Paralelamente, nuestro buen Martín comienza a relacionarse de una manera trepidante con montones de personajes, cada cual más redondo y mejor configurado por el autor, con personalidades francamente arrolladoras e historias conmovedoras a su alrededor. Y todo este montón de personajes bailando al son del gigantesco cinismo de nuestro querido Cánel. Hasta que en este escenario irrumpe (¡y de qué manera!) alguien a quien yo he amado en silencio todos estos años: la señorita Huguette de Guenard. Francesa y pija, para más señas. Si alguien espera una historia de amor al uso, está pero que muy equivocado. Francamente: tenéis que leerlo.

Con esta obra, F. Bermúdez de Castro ganó el Premio Plantea en 1.958. Cuando pienso en esta historia y en sus personajes, me parece increíble que todo esto fuera concebido en los años 50. Se parece demasiado a nuestros días. De hecho, parece ser que Bermúdez de Castro tomó algunas de las anécdotas de sus propias vivencias personales. Y cuando veo su retrato en la contraportada del libro… ¡uf! cuesta creerlo. Parece de todo menos un tío divertido.

Lo que no sé es por qué este señor, con ese don para las narraciones que Dios le dió, no escribió nada más que Pasos sin Huellas. ¡Si hasta ganó el Planeta! ¿De cuántas pesetillas sería la dotación por aquel entonces?

El curioso incidente del perro a medianoche (Mark Haddon)

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El curioso incidente del perro a medianoche (Mark Haddon)

Buscando este libro en cualquier clubr de lectores on line veréis que a casi todo el mundo le ha encantado. De hecho, es una pequeña novela de lectura fácil y amena, con un trasfondo humano y muy tierno. La conclusión es que se puede perfectamente recomendar o, si se prefiere, dado las fechas en que estamos, regalar. Sin embargo y a pesar de todo eso, a mí no me llegó tan profundo. Es verdad que cuanto menos se sepa de su argumento, mejor para los futuros lectores. Por consiguiente, me veo obligada a no dar muchos datos de cómo es su inquietante protagonista, aunque lo más destacado sobre este adolescente llamado Christopher es que posee una visión del mundo totalmente personal y distorsionada, lo que le lleva a vivir la vida acorde a unas contínuas rutinas y hábitos.

Lo que sí podemos afirmar es que se trata de una novela que no se parece a ninguna otra. Esto se debe a que está narrada en primera persona, y como comentábamos antes, Christopher tiene una visión muy particular del mundo que le rodea.

A pesar de este valor, – que es lo más obvio en esta novela -, «escarbando» en ella un poco más, una cosa que me ha llamado gratamente la atención es que el gran misterio se resuelve hacia la mitad. Sin embargo, la trama no pierde un ápice de su interés porque este misterio revela otro aún mayor y de gran importancia en la vida de los personajes. Reconozco que en este sentido, la trama tiene su puntito.

No obstante, mi opinión no es excesivamente entusiasta sobre El curioso caso… Me explico. A pesar de que aplaudo la forma en que Haddon consigue que entendamos ciertas enfermedades (repito: desde la primera persona) y, sobre todo que dota a las mismas de un nombre, apellidos, edad y circunstancias vitales, haciendo que viviamos esta historia de forma muy sentida, creo que en ocasiones lo que consigue también es que todo aquello que pretende transmitirnos nos haga sentir incómodos y no logremos entender del todo lo que se nos está explicando. Al final, acabas entrando en un bucle de incomprensión y/o sorpresa que te hace ir tomando distancia de ese prisma de humanidad desde el que «quieren» que miremos. Y según vas pasando las páginas, vas alucinando con ciertas situaciones hasta llegar a pensar (me ha pasado) que se trataba de un libro infantil. Vamos, que puede ser que no acabes por encontrarle ni pies ni cabeza. Pero es un riesgo que puedes correr, visto el éxito que viene cosechando El curioso incidente.

A pesa de lo dicho, hay que comentar también que esta obra ha contado siempre con la total aprobación de los lectores, además de galardones como el Premio Whitbread y el Premio de la Commonwealth al Mejor Primer Libro.