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Lobas de mar (Zoé Valdés)

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Lobas de mar (Zoé Valdés)

No sé ni cómo empezar este post en el que tengo que explicar lo mala que me ha parecido esta novela. Lo cierto es que la cubana Zoé Valdés es una autora reconocida en el mundo literario de habla hispana y con varias obras premiadas. Así pues, a menudo los autores más prolíficos

Y qué mejor que poner esta foto de la autora, después de lo dicho en este post, para culminar mi venganza. Habla por sí sola.

Y qué mejor que poner esta foto de la autora, después de lo dicho en este post, para culminar mi venganza. Habla por sí sola.

pueden llegar a contar con alguna que otra obra más floja entre otras que pueden considerarse mejores. A veces los escritores profesionales escriben novelas por encargo o la temática puede venir sugerida por las editoriales en función de unos u otros intereses. Pero es que en realidad lo sorprendente de su «Lobas de mar» no es que le haya salido floja a Valdés, sino que sea verdaderamente tan, pero tan mala. Qué queréis que os diga, este blog no está para dorarle la píldora a nadie.

Ann Bony & Mary Read. Comunidad Lectora

Las supuestas filibusteras. Propuesta de tatuaje en la nalga para cualquier fan.

«Lobas de mar» narra las aventuras (basadas en dos historias reales) de dos mujeres, Ann Bonny y Mary Read, que en el S.XVII se embarcan bajo apariencia masculina y por diversos motivos, en un barco pirata. Algunos pensaréis que puede tratarse de una trama atractiva, por aquello de las aventuras y demás fanfarrias.

Lo que a mí me llamó la antención (creo haberlo comentado ya en algún otra post) es que haya unos hechos reales detrás. Y para los seguidores de los premios, otro gancho para «Lobas de mar» podría ser que obtuvo el Fernando Lara 2003 (premio vinculado al Grupo Planeta, para que os vayáis haciendo a la idea). Sin embargo, no sólo se trata de una historia pobre, con personajes planos, telenoveleros -en el peor sentido de la palabra-, con situaciones absurdas, más propias de un héroe de cómic pasado de rosca, que de algo que remotamente hubiera podido suceder de verdad. Zoé Valdés hace suyo eso de cualquier parecido con la realidad... Se pasa de «comercial», por no decir peliculera. Y no quiero dejar de mencionar las escenas de sexo, que le quedan de lo más soez, para dejarlo en un único término.

Pero si lo que os estoy contando os parece poco, documentándome en la red he encontrado comentarios de otros lectores en los que se hila realmente fino con esta novela. En este blog podréis encontrar un listado de (atención) ¡palabras que aparecen en la obra y que no existen en castellano! Yo, que no he conseguido ese nivel de análisis, sí que pude advertir repeticiones tediosas de sustantivos como filibustera (ahí es nada) cada cuatro renglones, o resbalones cronológicos o geográficos, como cuando habla de Santo Domingo y La Española como de dos lugares físicamente distintos (!). Mejor que un premio, yo le hubiera dado a Valdés un Atlas de regalo.

¿Es posible que una novela como ésta pueda obtener un premio literario? Si queréis saber lo que opino de los Premios Planeta, echad un vistazo a este post sobre «Pura Vida», de Mendiluce.

Y no puedo dejar de citar otros resbalones, en este caso publicados por El Cultural en junio de 2003: «Ocurre en este tipo de obras que los sucesos prevalecen sobre el modo de referirlos. Y uno se deja llevar por lo que ocurre a pesar de cómo se dice. Anoto, por ejemplo, en las tres primeras páginas nada menos que 18 gerundios […] Muy cerquita, en tres líneas se encadenan los términos maquinadora, aprovechadora y conocedora, con un efecto sonoro deplorable.»

Y no digo más, que me da la risa. Si tenéis mucha curiosidad, lo mejor es leerlo y así sabéis de qué os hablo.

El Conde de Montecristo (Alejandro Dumas, padre)

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El Conde de Montecristo (Alejandro Dumas, padre)

En mi opinión, éste es uno de los clásicos que todo el mundo debería – al menos- intentar leer una vez en la vida. Porque sorprende, primero, y seduce después. Con esto quiero decir que los clásicos en la Literatura, son una fuente inagotable de recursos para un lector que no busque siempre lo mismo. De hecho, a nivel de cultura general, es más que recomendable darle una vuelta a este tipo de novelas porque siempre que oigamos campanas al repecto, sabremos de qué se nos está hablando.

Vista actual del Castillo de If, donde Edmundo Dantés fue injustamente encarcelado, y de la que consiguió huir de una forma que hubiera envidiado el mismísimo James Bond».

En el caso que nos ocupa, El conde de Montecristo, es un referente inevitable siempre que se menciona la venganza. Y no me digáis que ése no es un tema recurrente en cultura: cine, teatro, novela… Las pasiones humanas son siempre un caldo de cultivo de lo más fructífero porque son cosas que absolutamnete todos hemos sentido en la vida. Las personas somos «asín».

No descarto que a alguien pueda parecerle un tostón, claro, ya sabemos que los gustos es algo en lo que es imposible ponerse de acuerdo (afortunadamente). Pero insisto en que si estáis dándole vueltas a la idea de tener en vuestras manos una obra de ésas absorvente e intrigante, de las que no podemos dejar de leer, exactamente igual que muchos de estos «más vendidos» que vemos consumir ávidamente a otros lectores en el metro, por ejemplo, y sentimos las ganas de zambullirnos en una historia de aventuras arrolladora, con amor, sospechas y suspense: ¡no lo dudéis!

De hecho está considerada una de las mejores obras del propio autor, Alejandro Dumas (padre) – el hijo es el autor de «La dama de las camelias», su obra más conocida – . Para colmo de expectación sobre esta historia, os diré que por rocambolesca que parezca, está basada en la historia real del zapatero François Picaud a principios del S.XIX (¡apasionante siglo, Dios mío!), de la que Dumas tuvo noticias, incluída la fantástica fuga de la cárcel, el tesoro recuperado, y una venganza tramada al fuego lento de una década. Casi nada, amigos, casi nada… Desde luego, hay vidas como para escribir 10 nivelas de este calibre.

Ahora que ya os he revelado la parte central de la trama, os describiré más detalladamente que Edmundo Dantés, el paciente y concienzudo protagonista de la novela, resulta injustamente encarcelado justo antes de casarse con su amada Mercedes, debido a la trama urdida en su contra como bonapartista. Aquí comienzan una serie de sufrimientos y desventuras para el pobre Edmundo, que a través de los años y con muchísima suerte, llega a hacer de su capa un sayo y consigue salir de la cárcel fabulosamente rico, y con unas ganas de vengarse que no son de este mundo. Porque contando con una mente brillante, y recursos económicos, a Dantés ya no hay quien lo pare.

Por supuesto, aquí entran a escena numerosísimos personajes  (algunos realmente fascinantes) que toman mayor o menor partido, dependiendo de en qué grado participan del enrevesado plan de nuestro misterioso protagonista, que para llevar a cabo su venganza necesita, además, del uso de varias identidades falsas. Todo esto hace que la trama vaya cobrando una consistencia y una densidad que nos mantienen en constante expectación por saber cómo se irán desarrollando los acontecimientos.

El encuadre histórico de la detención del protagonista lo encontramos en los llamados Los Cien Días en los que abdicó Napoléon, se reinstauró la monarquía con Luis XVIII, Napoleón tomó nuevamente el poder, fue depuesto y exiliado, y oootra vez fue instaurada la monarquía en Francia. P’abernos matao.

Las influencias de Alejandro Dumas para con esta obra se consideran numerosas, parece que muchos autores consideran que «El conde de Montecristo» está inspirado en parte en «Las mil y una noches«, por nombrar una de ellas. Lo que sí es totalmente cierto es que esta obra ha sido a su vez inspiración para montones, cientos de otras novelas, cómics, versiones cinematográficas y televisivas, anime manga incluídas.  

Así que, además de lo que acabo de contar acerca de la atrayente seducción que esta historia de venganza y redención en clave de aventuras puede proporcionaros, está el incentivo de conocer una de las obras más versionadas y adaptadas de la Literatura universal.

Danza de dragones (George R.R. Martin)

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Danza de dragones (George R.R. Martin)

Muchos de vosotros conoceréis, ya no como lectores, sino como espectadores, la serie de televisión Juego de Tronos. Ése no es más que el título de la primera novela de la serie de fantasía épica Canción de hielo y fuego de George R. R. Martin, en la que se basa dicha serie televisiva.

Yo te nombro friki mayor de los Siete Reinos.

Los seguidores de los libros, declaro aquí públicamente que soy uno de ellos, sabréis que antes del verano llegó a España «Danza de Dragones», la quinta y (parece ser) antepenúltima obra que cerraría esta estupenda serie de aventuras medievales y de ciencia ficción que trae a medio mundo de cabeza. Lo cierto es que verdaderamente los lectores de esta saga están de forma absoluta entregados a su autor, los cientos de tramas, personajes y misterios que rodean a estos libros. Parece que ser que ha sido la ingente cantidad de seguidores en todos los países, lo que ha llevado a la productora HBO a apostar por una serie que difícilmente iba a defraudar a nivel de audiencias. Eso sí, jugando siempre con el riesgo de que lo fans-fatales de Martin pudieran considerarla una chapuza… Pero no ha sido así. En este caso, el éxito se consigue contando con el impagable asesoramiento del propio autor al rodaje y guiones de la serie. Recordad el enorme triunfo cosechado por Peter Jackson con las adaptaciones de Tolkien al cine, tanto a nivel de público como de crítica (Oscars y demás vainas). Por cierto que Martin se ha declarado siempre abiertamente seguidor del grandísimo Tolkien y sus mundos de fantasía épica.

Y volviendo a «Danza de dragones», os recomiendo fervientemente recurrir a la edición de Gigamesh, puesto que existe una versión que el propio autor, a modo de deferencia cariñosa, hizo llegar en primer lugar a sus fans de todo el mundo para que fueran ellos mismos quienes lo tradujesen a sus propios idiomas (ya os digo que es peña muy organizada) antes de ponerlo editorialmente en circulación. Y la traducción se ha hecho por diferentes personas en cada capítulo. En una palabra: un horror.

¿Qué encontraréis de nuevo en esta quinta entrega? Pues mucho y nada. A nivel de estilo épico-fantástico medieval, es más de lo mismo. Lógicamente. Y así será hasta que la serie esté finalizada. De eso se trata, amigos. Pero viene avisando de lo bueno: se acerca el invierno, no digo más. A nivel de tramas, un poco de lo mismo también: muchas historias cruzadas, algunos personajes nuevos, otros que no tenían mucha relevancia en obras anteriores destacan algo más, y viceversa. Sin embargo no deja nunca de sorprendernos con giros inesperados en las historias de los personajes más interesantes y destacados. La acción se desarrolla en gran parte en las llamadas ciudades al otro lado del Mar Angosto: Meereen, Pentos, Yunkai. Y bueno, las traiciones y alianzas propias de Canción de Hielo y Fuego, enmarcadas en una situación de inestabilidades y guerras en los Siete Reinos sigue siendo la base de todo lo demás. Aunque quizá puede que la situación haya llegado a ser más convulsa que en los libros anteriores. Eso sí: para acabar dejándonos en la más absoluta ignorancia final. En esto de lo intriga, Martin es un maestro. Así que aquí, más de lo mismo significa leer sin poder parar hasta acabar el libro. Y esperar al próximo como agua de mayo…

Creo que en «Danza de dragones» Daenerys podría ser el personaje más destacado y quien termina teniendo la clave para lo que pueda suceder en próximas entregas. Por otro lado, Jaimie Lannister pierde fuelle en este libro, igual que Arya Stark, a pesar de que en el anterior nos tenían con el corazón en un puño con el viraje de sus historias. Y Jon, en el Muro, otro de los personajes más carismáticos… ¡uf! Sin sangre en las venas estoy aún.

Un dato curioso: ganó el Premio Locus en 2012 a la mejor novela de fantasía. Para saber más podéis echar un vistazo a todas las entradas que hay en Wikipedia. Os dejo el link a la de esta última novela.