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Ha vuelto (Timur Vermes)

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Ha vuelto (Timur Vermes)

Típica imagen del Führer (la que él quería dar, por otro lado) que desmonta cómicamente «Ha vuelto».

«Ha vuelto»: me parece que Timur Vermes ha acertado con este título tan aparentemente simple, acompañándolo de una portada tan sencilla y a la vez tan elocuente. No me digáis que no resulta un conjunto de lo más expresivo y seductor. Un no te digo ná y te lo digo tó. Un sincero aplauso para el diseño de portada.

Verdaderamente me ha gustado esta novela. Siempre me ha parecido genial la idea de resucitar personajes del pasado, aunque claro, jamás de los jamases se me hubiera pasado por la cabeza traer al presente a Hitler. Alguien a quien la Historia y la sociedades más «civilizadas» han condenado, hasta el punto de que en Alemania es tabú mencionar su nombre en público. Algo así como el anticristo humano. Pero mira, estas ideas originales es lo que tienen: que sorprenden.

Hitler con su amado traje de tirolés. Casi nada.  No hay más que decir.

Adolf con su amado traje de tirolés… ¿Qué se puede decir ante semejante imagen? Lo reconozco: a mí me da miedo.

Como digo, la idea es fresca, pero no se queda sólo en eso. Porque lo mejor de «Ha vuelto» es el retrato. Empezar a pensar en un Adolf persona (permítaseme que no trate al personaje como al inhumano creador del Holocausto, porque es el regustillo que te queda después de terminar la novela. Y eso, precisamente, es el mérito de «Ha vuelto»: humaniza al personaje).  Lo que sabemos de él ha sido en muchos casos a través de su faceta de militar, estratega, canciller, líder visto desde una perspectiva histórica, algunas veces con ciertos matices personales, pero nunca he conseguido encontrar esos rasgos humanos que sí me ha transmitido esta obra… Qué queréis que os diga, por más que uno lea biografías o ensayos acerca de ciertas personas, es imposible dejar de pensar en los actos que al final, le terminan retratando (como nos pasa a todos, por otro lado).

 

La actitud de Hitler frente a las mujeres ha sido objeto de muchos ensayos. En «Ha vuelto», simplemente, te lo puedes llegar a imaginar.

El humor es inevitable en una obra como «Ha vuelto». Imaginarse que semejante personaje tuviera que desenvolverse, solo y sin recursos, en pleno S.XXI, entre el tráfico, los móviles, el lenguaje y las redes sociales, y convertirse en todo un fenómeno mediático -¡ojo! , que no es en realidad tan diferente a lo que le sucedió en vida – ya nos da una idea de qué vamos a encontrar. Aunque bien en cierto que muchos matices se pierden con la traducción. Sospecho que en alemán debe resultar mucho más cómico. En Deutschland, de hecho, «Ha vuelto» ha sido todo un fenómeno de ventas.

Lo mejor de todo es que podemos llegar a imaginar a un Adolf Hitler comiendo, atendiendo el móvil, viendo TV, paseando mientras reflexiona sobre , por ejemplo, Angela Merkel o viendo vídeos en Youtube, a la fuerza humaniza. Y os hará sonreir.

El nazi y el peluquero (Edgar Hilsenrath)

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El nazi y el peluquero (Edgar Hilsenrath)

No se trata de otra repetitiva historia sobre la Segunda Guerra Mundial. Es más bien la historia de una persona que fueron dos. ¿Alguna vez os habéis preguntado cómo sucedió que se nos fue de las manos la barbarie «antihumana» del Tercer Reich? ¿Quiénes fueron las personas anónimas, los Günter, las Anke, los Hans, que vivieron aquello, desde cualquier punto de vista o bando? ¿Cómo era el día a día que hizo que las cosas fueran como fueron?
Esta novela, sencilla de principio a fin, me quitó el sueño algunas noches mientras la leía. Puedo decir muchas cosas de ella: profundísima y humana, te hará reflexionar a menudo sobre los avatares de la Historia. Y de la vida.

El Nazi y El Peluquero cuenta los devenires de un pobre diablo, Max Schulz, del que nunca sabremos si es una víctima de la sociedad,  buscavidas en la peor de las situaciones, o simplemente mala persona. ¿Qué nos hace ser como somos? ¿Por qué no puede decirse que Max es bueno ni malo? Siempre es interesante conocer cómo las personas nos vamos adaptando a las situaciones más difíciles sin llegar a saber muy bien por qué, cómo, ni con qué motivo. Las cosas a veces sencillamente, ocurren.
Debemos saber que, entre los millares de personas afines al régimen totalitario y nacionalsocialista de Hitler (también añadiría inhumano), muchos eran colaboradores plenamente convencidos de su misión para con su país. Ésa es una de las cuestiones por las que consiguió tantos seguidores: la idea de poner a Alemania donde realmente merecía. Con este sobadísimo y anticuado argumento, se puso en marcha una máquina cuyos engranajes eran personas de carne y hueso, que después de hacer su trabajo en los campos de concentración, se iban a cenar con sus familias y daban un beso de buenas noches a sus hijos. Verdaramente, esto fue así. ¿Nunca os habéis preguntado por estas personas? ¿qué les movía? A algunas, nada en particular. Así de duro.
¿Y qué fue de aquella enorme cantidad de colaboradores del Gobierno, funcionarios, militares, alcaldes, simples simpatizantes? ¿Dónde fueron después de perder la Guerra?
En relidad Max nunca llega a plantearse todas estas cuestiones, sino que se limita a contarnos qué cosas pasaron y cómo las llegó a torear. Y luego es cada uno quien se cuestiona el resto.