
Quién no ha oido hablar de «Gomorra», esa obra que conmocionó a medio mundo después de poner sobre la mesa todo el entresijo empresarial, la metodología de trabajo, las reglas inviolables, y las relaciones con las Administraciones Públicas de la Mafia. Si, amigos, la Mafia con mayúsculas, la real, la auténtica y verdadera Mafia Napolitana (Camorra, para los amigos). Sin querer hacer paralelismos con grandes de la Literatura como Mario Puzo con su «Padrino» (novelón, pero en otro registro), en «Gomorra» se habla de la mafia a pié de calle, sin sensacionalismos superfluos, o al menos no encontraremos el amarillismo más comercial que suele acompañar a este tipo de obras, sino aquel más inevitable: el resultante de la labor cotidiana de estos grupos organizados.
Como digo, hay crimen, sí. Asesinatos y clanes familiares. Pero hay mucho más. No vayamos a quedarnos en aquello de que la mafia vive del trapicheo de drogas, prostitución y otros negocios «marginales». Qué va. Estos son otros tiempos, donde además de los clásicos, viven de otros negocios igual de rentables, pero más legales: desde el reciclaje de residuos hasta la especulación urbanística (de qué me sonará esto a mí…). Detalles curiosísimos, entramados comerciales y empresariales con datos reales, nombres auténticos, hechos probados, juzgados, personas imputadas, otras impunes y en la calle. Crudísimas historias, muchas de ellas con caras de personas más anónimas; recuerdo especialmente la del sastre de grandes firmas en el capítulo llamado Angelina Jolie. Sin desperdicio. Y no es el mejor, sino uno de tantos relatos fascinantes. También me resultó especialmente cautivador el funcionamiento del clan cuando uno de sus capos termina preso. No vayáis a pensar que el juego termina en la trena, ingénuas almas de cántaro.
En fin, a nivel de datos e información el libro es completísimo, que no denso. Sé de personas a las que les ha costado terminarlo, pero tengo que afirmar que en mi humilde opinión «Gomorra» me parece una serie relatos trepidantes y reveladores en los que no para uno de aprender y sorprenderse. De hecho, ha sido traducido a numerosos idiomas y ha logrado grandísimos logros en ventas en diversos países. Lo que no le ha servido a su autor, Roberto Saviano, más que para llenarse los bolsillos pero sin evitar con ello seguir amenazado de muerte. La Camorra, de hecho, llegó incluso a hacer pública una fecha tope para su asesinato. Aunque final y afortunadamente, hasta ahora el crimen no se ha llevado a cabo. Porque Saviano se cuida muy bien de que eso no ocurra, desde luego. Y me pregunto, ¿compensará el éxito este tipo de cosas? Debemos agradecer a estas presonas querer hacernos partícipes de estas realidades, a pesar de que se jueguen con ello sus propias vidas (recordad a Salman Rushdie y tantos otros). ¿Seríais capaces de semejante sacrificio?
El porqué Saviano con0ce tantos detalles es porque es nativo napolitano, ha vivido desde su más tierna infancia (y a veces casi en primera persona) algunas de las historias que narra en su obra. Además, es miembro del Grupo de Estudios sobre la Camorra y la ilegalidad y ha colaborado como periodista en varios periódicos italianos, hasta la publicación de esta obra, y las amenzas recibidas en consecuencia. Lo último que escuché sobre él es que quería desvincularse un poco del mundo de la investigación periodísitica y de la mafia ¡¡escribiendo monólogos!!
Como muchos sabréis, «Gomorra» tiene su versión cinematográfica de 2.008, ganadora de varios premios internacionales. Aunque para mí, el libro le supera con muchas creces.