
Emociones a flor de piel. Parece que Albert Espinosa es un virtuoso en eso de remover lo más ínitmo y emocional de uno mismo en cada uno de sus libros. Tercera obra después de El mundo amarillo y Todo lo que podríamos haber sido tu y yo si no fueramos tu y yo. Albert Espinosa (Barcelona, 1973) es una persona conocida en el mundo de la cultura por ser, además de escritor, actor, director, guionista de cine, teatro y televisión (e ingeniero industrial químico, amigos: no es moco de pavo). También colabora en programas de radio y escribe una columna semanal para “El Periódico de Catalunya”. En el cine destaca por películas como “Planta 4ª”, “Va a ser que nadie es perfecto”, “Tu vida en 65’” y “No me pidas que te bese porque te besaré”. Como actor (era lo único que le faltaba para ser tan polifacético como Pedro Ruiz) destaca por su papel en la serie Abuela de verano, que por cierto recomiendo, con el que consiguió el premio al actor revelación del año.
En Si tú me dices ven… parece que Espinosa continúa con el estilo emotivo que inició con Todo lo que podríamos…, su primera novela. Ambas tienen varias cosas en común (aparte de los títulos largos, largos por los que se decanta este chico) con respecto a la trama. Hay un personaje protagonista, que narra sus vivencias en primera persona, alternando sus emociones más íntimas y personales, con experiencias de tipo social o profesional. Son personas normales, con la excepción de algún don o… ¿cómo decirlo? Alguna capacidad psíquica que los hace especiales. Sobre todo a la hora de relacionarse con otras personales a niveles muy profundos. También han sufrido enormemente por pérdidas recientes de seres queridos y otros avatares que los hacen más o menos infelices. Eso sí, todo ello acaba sirviendo como trampolín a situaciones mejores en sus respectivas vidas.
En la obra que nos ocupa el protagonista es alguien que tiene por delante la búsqueda de un niño desaparecido (se dedica a estos menesteres), a la par que intenta encontrarse a sí mismo en medio de una dolorosa ruptura matrimonial. El argumento no tiene mucho interés, esto es cierto, si no es por saber cómo de bien termina la situación sentimental de nuestro amigo. Porque ciertamente, estas angustias existenciales con final feliz acaban teniendo cierto tufillo a autoayuda que les hace algo menos atractivas para algunos lectores. Sin embargo, también tienen su público, y en el caso de Albert Espinosa, es muy numeroso. Puede que se deba a que, al tratarse de un escritor (y no escritora como es más habitual en este tipo de Literatura) no cae en aquel sentimentalismo empalagoso que es tan fácil encontrar. Hasta he encontrado un «tráiler» de la novela en youtube.
Hay que destacar aquí que este autor sabe bien de lo que habla cuando de superar problemas vitales se refiere. Cuando era pequeño sufrió un terrible cáncer, debido al cual le tuvieron que amputar una pierna, un pulmón y parte del hígado. Pasó gran parte de su juventud en el hospital luchando contra esta enfermedad. Como muestra de su sentido del humor y de su naturalidad para hablar de sus propias experiencias, os dejo una selección de lo que fue su entrevista con Buenafuente hace un par de años.