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Una breve historia de casi todo (Bill Bryson)

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Una breve historia de casi todo (Bill Bryson)

Antes de abordar «Una breve historia de casi todo» debéis plantearos la siguiente cuestión: ¿Cuánto quiero aprender?. Después, tomad aire y abrid el libro. Vais a alucinar.

Bryson muestra desde el principio su sana intención de hacer accesible la Ciencia a todos nosotros. Loable misión, sin duda. (Estoy pensando en unos cuantos, con nombre y apellido, pero me desvío del tema…) Lo mejor es que se inicia con una serie de personajes, estudiosos de la ciencia a lo largo de la Historia, que consiguen engancharte con curiosidades y anécdotas (siendo sinceros: casi todos estaban directamente pirados). Lo mejor de estas personas es que se cuestionaron valiosísimas interrogantes acerca de nuestro mundo y dedicaron todo su esfuerzo a llegar a conocer cosas como ‘cuánto pesa la Tierra’, ‘cuál es su circunferencia’, ‘de qué estamos hechos’. Nosotros, y el Universo.

He de confesar que ya en los primeros capítulos me sentía una insignificante mierda al caer en la cuenta que yo habría vivido feliz toda mi vida sin plantearme ninguna de estas cuestiones. ¿¡Cómo de lejos estamos del sol?! ¿¡En serio alguien dedica su vida a saberlo?! Sí. Afortunadamente.

Sin embargo, gradualmente Bryson comienza a entrar en materia. Divide en distintos capítulos las diferentes áreas científicas. En general la mayoría dedicadas a la Física y Química. La parte dedicada a los átomos es… sencillamente… maravillosa. No quiero dejar de compartir aquí una pequeña parte de lo que he llegado a averiguar sobre este tema.

En primer lugar, para que estés ahora aquí, tuvieron que agruparse de algún modo, de una forma compleja y extrañamente servicial, trillones de átomos errantes. Es una disposición tan especializada y tan particular que nunca se ha intentado antes y que sólo existirá esta vez. 
[…]Por qué se tomaron esta molestia los átomos es todo un enigma. Ser tú no es una experiencia gratificante a nivel atómico. Pese a toda su devota atención, tus átomos no se preocupan en realidad por ti, de hecho ni siquiera saben que estás ahí. Ni siquiera saben que ellos están ahí. Son, después de todo, partículas ciegas, que además no están vivas. (Resulta un tanto fascinante pensar que si tú mismo te fueses deshaciendo con unas pinzas, átomo a átomo, lo que producirías sería un montón de fino polvo atómico, nada del cual habría estado nunca vivo pero todo él habría sido en otro tiempo tú).
[…]La mala noticia es que los átomos son inconstantes y su tiempo de devota dedicación es fugaz, muy fugaz. Incluso una vida humana larga sólo suma unas 650.000 horas y, cuando se avista ese modesto límite, o en algún otro punto próximo, por razones desconocidas, tus átomos te dan por terminado. Entonces se dispersan silenciosamente y se van a ser otras cosas. Y se acabó todo para ti.
De todos modos, debes alegrarte de que suceda. Hablando en términos generales, no es así en el universo, por lo que sabemos. Se trata de algo decididamente raro porque, los átomos que tan generosa y amablemente se agrupan para formar cosas vivas en la Tierra, son exactamente los mismos átomos que se niegan a hacerlo en otras partes. 

También hay sitio para la investigación espacial. Atención a estos datos sobre en Big Bang:

La perturbación causada por la explosión del Big-Bang (también llamada radiación de fondo del universo) se ve en los puntos blancos y negros cuando pones la televisión sin ningún canal sincronizado. 

También hay constancia de que aún viaja por el Universo el sonido del eco de aquella gran explosión, y ha podido ser captado por el ser humano.

Bien; pues en este plan capítulo tras capítulo. Tengo que decir que «Una breve historia…» es un libro que debe disfrutarse de a poco. Y asimilar en nuestro foro interno, cual rumiantes del conocimiento, lo que acabamos de leer. Aconsejo pausas cada cierto tiempo para que todo aquello que nos sorprende, sea debidamente digerido en nuestra mente.

Personalmente la parte dedicada a la aparición de la vida terrestre, en todas sus  expresiones, ha sido y es mi favorita. ¿Sabíais que durante miles de años la Tierra era un lugar inhabitable, lleno de gases tóxicos como el resto de planetas conocidos, hasta que se dieron milagrosamente las condiciones adecuadas para la habitabilidad de las bacterias?

Sin embargo, hay que destacar que muchas de las exposiciones de Bryson han sido corregidas por expertos en los años sucesivos a la publicación de «Una breve historia..», en 2.003, por lo que  cuenta con unas cuantas inexactitudes, y es conveniente saberlo.

Y aún así, ¡qué erudito se siente uno después de saber cosas que no hubiera siquiera imaginado! Viva la Ciencia.

La mujer en la ventana (A. J. Finn)

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La mujer en la ventana (A. J. Finn)

Finalmente pude hincarle el diente a La mujer en la ventana, bombazo literario de 2.018 y bien apetecible novela de intriga, con muchas noticias precendentes y, sin poder evitarlo, algún prejuicio. Lo siento, sólo soy un ser humano 😦 Pues bien, aquí va mi crónica y la verdad, mi consejo es que no desdeñen una buena historia que les haga desear volver a casa para darte un nuevo atracón, por más anti-mainstream y alternativos que postureemos ser.

La historia es la siguiente, y voy a evitar los spoilers aunque muera en el intento: Anna Fox es una enferma mental que vive sola en una enorme y preciosa casa. Dedica su tiempo (que es mucho) a espiar a sus vecinos y ver en bucle películas clásicas de cine negro. Entabla cierta amistad con el hijo de sus nuevos vecinos, y entonces… Con sólo esto (que a simple vista puede parecernos el inicio de una historia sometida a ciertos clichés, teniendo en cuenta que hablamos de una novela de intriga), A. J. Finn nos convierte hora a hora en la propia Anna. La narración fluye generosa y espléndidamente, en primera persona, a lo largo de tan sólo unos cuantos días. El hecho de presentarlo a modo de diario resulta todo un acierto, en este caso.

Todo lo que he podido leer acerca de La mujer en la ventana – lo poco, antes de haberla disfrutado, y lo mucho después – se acerca bastante a mi percepción del libro. Os resumo brevemente porque en todas las referencias que podáis consultar vais a encontrar más o menos lo mismo:

Terror psicológico elegante: muy inspirado en grandes autores del suspense, tal como reconoce el propio Finn. Además, cuenta mucho su experiencia como editor literario de thrillers y novelas de misterio. Se ha voceado debidamente que el propio Stephen King describe esta novela como «excepcional». Nada de sangre ni higadillos o explosiones, pura y sofisticada tensión psicológica.

Referencias constantes al cine de intriga de los años dorados de Hollywood: Hitchcock, principalmente, pero también hay otros. Por supuesto se citan actores, secuencias, tramas, escenas. Desde menciones directas a alusiones enmascaradas (cuanto más velada la referencia, más divertido se hace). Me permito remitirme a una de las pocas películas de las que cita Fox que SÍ he visto, y en quien creo que puede basarse en cierta medida la protagonista. «Sola en la oscuridad». En cualquier caso, las referencias a creaciones artísticas con sobrado reconocimiento son un éxito seguro, porque nos trasladan que quien las cita es un tío muy entendido. Así que no nos dejemos fascinar por tan poco.

 

Y ahora, lo que yo puedo aportar a lo anterior desde este humilde post:

Una protagonista humana y real: visceral, insegura, vulnerable, inteligente. Resuelta cuando se acerca el final, torpe y abúlica la mayoría del tiempo. No débil, pero debilitada. Triste. Y enferma. Y muy triste. Al parecer, el propio autor tiene una relación directa con los trastornos y perturbaciones de la pobre Anna. Ahora bien: le quita un poco de visceralidad que ande bebiendo chardonnay en copa fina de cristal (aunque vive sola, el vaso de colacao no le vale), dejando al descubierto la cursi idealización de los norteamericanos a ciertos hechos como beberse un chato de vino, aunque seas alcohólico y estés solo.

La casa. Un entorno fascinante, absolutamente reservado y lleno de historias personales. Los dominios. Me he sentido tan a gusto allí que te mueves con la naturalidad de la propietaria, respirando aquel ambiente. Finn hasta describe la luz que llega a las habitaciones, en según qué situación.

 

Mucha atención porque A.J. Finn (¡por supuesto que es un seudónimo!, ¡¿por quién le tomas?!) sólo ha escrito hasta el momento La mujer en la ventana, pero dejo aquí como quien no quiere la cosa que ha sido una de las novelas más vendidas en 2.018, y que por descontado, se está trabajando ya en su adaptación al cine.

Nacidos para correr (Christopher McDougall)

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Nacidos para correr (Christopher McDougall)

Tengo que ser prudente con esta entrada dedicada a Nacidos para correr porque personalmente no tengo perfil de corredor, atleta, deportista, ni nada que se acerque remotamente a actividad alguna que pueda desarrollarse con ningún atuendo adquirido en Decathlón. Y Nacidos para correr viene a ser la Biblia de los corredores (disculpen, me niego a llamarles runners); así pues, debo tomar la suficiente perspectiva como para poder hablar del libro habiendo cuenta que mi marca personal es 0.

Empezando por ahí, debo confesar que a título subjetivo me mata la curiosidad de por qué a miles de personas les atrae tan intensamente el hecho de correr sin parar durante horas. ¿¡Por qué (coj`*#@nes) puede eso resultar tan atractivo, por Dios!? En ese sentido he podido aprender a través de los relatos de McDougall esto: hay personas que alcanzan cierto nivel de libertad. Así. Aunque suene cursilón.

McDougall es periodista y corredor (yo diría más que aficionado) que entrelaza muy diversos aspectos relacionados con correr, y abarca una enorme cantidad de teorías científicas, anécdotas personales, personajes más o menos verídicos, citas, y casos de atletas profesionales, y que van desde la medicina hasta la antropología.

Nacidos para correr comienza siendo un relato biográfico en el que McDougall aprovecha sus  carencias y debilidades físicas para introducirse en el mundo de la medicina deportiva, con distintas teorías que va desarrollando paulatinamente sobre, por ejemplo, la dieta, la pisada, o la curiosa doctrina del corredor descalzo, basada en desastrosa función real de las zapatillas deportivas. Ojo, todo ello debidamente respaldado por estudios cuyos autores son citados y entrevistados.

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Merece la pena destacar el estudio que hace sobre los indios mexicanos tarahumara (o rarámuris, ved lo que dicen de ellos en running.es). No voy a extenderme mucho sobre ellos, pero merece la pena profundizar en el tema, porque a mí me ha dejado en shock saber que existe una tribu en el desierto de súper hombres que pueden correr ininterrumpidamente y en ‘chanclas’ más de 100 km. Diarios. Sobre piedras. A alguien como a mí le deja esto en un deshecho genético.

EST128902043e1de14_3Sin embargo me queda el regusto amargo de ese tono hiperentusiasta en cada dato que aporta McDougall, que llega a rozar el sensacionalismo; y a pesar de que no se ponga en duda lo que cuenta, puede hacer de Nacidos para correr algo demasiado intenso para, cuanto menos, darle el beneficio de la duda a algunas de las historias. 

En particular, la teoría evolutiva que afirma que el homo sapiens es un animal que ha sido diseñado para correr grandes distancias con objeto de sobrevivir a base de la llamada «caza por persistencia«, se me queda un poco floja, la verdad (artículo de ‘El Pensante’). Y no es porque aquí seamos escépticos a la hora de admitir teorías – a priori-  algo disparatadas. Pero aún debe recorrer la distancia suficiente en el tiempo para ganar la debida consistencia.

Diferencias evolutivas

Nacidos para correr tiene su correspondiente versión documental, que podéis ver aquí.

 

Matar un ruiseñor (Harper Lee)

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Matar un ruiseñor (Harper Lee)

Cómo pudo Harper Lee lograr con su única novela un Premio Pulitzer y convertirla en un clásico imprescindible del S.XX es algo que escapa de cualquier entendimiento y que me reafirma en eso tan sobado de la realidad supera, bla, bla, bla… Pero carajo ¡¡¡QUÉ P#&*TO CRACK!!!

Verdaderamente escribo estas letras con el sombrero quitado y es que Matar un ruiseñor es a la vez tan sencilla y complicada, evita los tópicos sin excesos, dando explicaciones de una franqueza incontestable evitando las simplezas… Y resulta tan actual. Me he quedado en shock y espero no recuperarme.

Scout es la (maravillosa) narradora, a ella le debemos esa sinceridad infantil del relato. Situémonos. Todos, en mayor o menor medida, conocemos parte de la situación social, política y económica que sufrió EE.UU en la década de los 30, esto es: penosa recuperación tras el Crack del 29 y que se llevó por delante miles de empleos dejando a muchos americanos en la miseria.

 

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Familia campesina de Alabama, 1936. Haceos idea el nivel de indigencia de los más desfavorecidos.

 

 

En el sur del país la Gran Depresión se acusó especialmente puesto que muchos de sus habitantes eran campesinos. En Alabama vive Scout junto a su hermano y a su padre, un viudo entrado en años al que amaréis con todas vuestras fuerzas si tenéis la suerte de que Matar a un ruiseñor se cruce en vuestras vidas. Atticus Finch es un abogado bien situado y muy respetable, en una población donde pertenecer a una u otra familia nos define mucho más que cualquier otra cosa.

La honradez de Finch le lleva a aceptar la defensa de un hombre negro acusado de violar a una joven blanca. Ahora bien, no es un hombre de acción por lo que no necesita una confrontación directa con sus vecinos, que representan el racismo no superado de la sociedad sureña de la época. Sus acciones le preceden, él es un hombre cristiano, de buena familia y razonable. Todos lo conocen por lo que, sorprendidos, le reprenden  su actitud, impropia de un caballero de su posición y trayectoria, de forma bastante sibilina. Como hace la gente de bien.

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La fina sutileza con la que Lee describe las relaciones sociales y el costumbrismo sureño en la época ha sido sencillamente una delicia.

Por otro lado, descubrir a Atticus Finch ha sido de lo mejor que me ha podido pasar como lector. No puedo parar de recordar la escena en la que Atticus espera en la puerta de la cárcel, solo, de noche, con una lámpara que se lleva de casa…

Me gustó especialmente saber que Lee se inspiró en la figura de su propio padre. Es comprensible que si Atticus lo personifica, su hija estuviera tan orgullosa. Posteriormente a su publicación en 1.960, Matar un ruiseñor fue adaptada al cine siendo Gregory Peck el mejor protagonista de la historia que ha podido verse nunca jamás en una película clásica.

Memorias de un amante sarnoso (Groucho Marx)

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Memorias de un amante sarnoso (Groucho Marx)

Considerando quién es el padre de la criatura, entenderemos «Memorias de un amante sarnoso» como un ensayo humorístico. Ciertamente, Groucho Marx ha sido y es uno de los humoristas más atrevidos y brillantes de todos los tiempos. Estas memorias vienen a ser las evocaciones de sus propias relaciones sentimentales (las más destacadas, imagino), aunque sospecho que puedan estar algo distorsionadas para que el resultado fuera más hilarante que el real. Sobre esto último no podría poner la mano en el fuego, pero creo que en este caso bien puede haberse hecho valer aquello de el fin justifica los medios, y el resultado final es que las historias que parecen más reales no son muy cómicas, y las más chistosas tienen un regusto a exageración y retoque.

Dicho esto, me ha parecido que «Memorias de un amante sarnoso» no le hace justicia al  Groucho Marx más agudo y tronchante y resulta un libro que, aunque pudiera hacerte conocer un poco más a la persona (¡pero alto camaradas!: precaución siempre ante ese  presumible toque de deformidad de los hechos), no te sentirás deslumbrado según te vas acercando, como uno esperaría que sucediera con el personaje.

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A Groucho Marx parece que de verdad le gustaban las mujeres, y ya desde muy joven. Se autodefine como un «cazador» (y no voy a decir lo que opino de esto, porque unos renglones más abajo cito algunos párrafos para que juzguéis por vosotros mismos). Y no sólo se le reconoce como tal depredador en estas «Memorias de un amante sarnoso», sino que para mi decepción se retrata como un machista que dice cosas tan lamentables como esto: «con la posible excepción de los trapos, los institutos de belleza y Frank Sinatra, existen pocas cuestiones sobre las que coincidan las mujeres. […] Todo esto sirve para demostrar que la civilización femenina no se aparta más de quince años de la pura caverna. No obstante, ello forma parte de sus encantos.» O éste: «En materia de animales domésticos no hay ninguno que se pueda comparar con una sencilla corista carente de pedigrí. Al igual que gato de Angora, la corista permanece fiel a cualquier hombre que la alimenta.»

Si lo pilla Simone de Beauvoir, lo mata. Monkeybusiness-ThelmaTodd-GrouchoMarx1

A pesar de todo, debemos ver en estas «Memorias de un amante sarnoso» la existencia de un humor que sí existe, lo que ocurre es que no es el que disfrutamos en el S.XXI. Por otro lado, considero destacable el hecho de que Groucho era una persona prácticamente sin estudios, que consiguió labrarse una carrera como escritor y guionista fabulosa, y que era ésta una de sus grandes vocaciones, sino la mayor. Para ampliar más información sobre él, recomiendo fervientemente este artículo de Cinemanía.

 

Invencible (Laura Hillenbrand)

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Invencible (Laura Hillenbrand)

Verdaderamente hay vidas que parecen irreales hasta tal punto, que cuando uno sabe de su existencia no puede llegar a creer que todo lo que se cuenta sea verídico. Es el caso de Louie Zamperini. Este hombre fue un adolescente seriamente conflictivo que consiguió redimirse a través del atletismo. Estaba tan dotado para este deporte que llegó a ser atleta olímpico, nada menos que en las Olimpiadas de Berlín organizadas por Hitler en 1.936 junto a Jesse Owens.

Zamperini atleta. No sabía la criatura lo que se le venía encima.

Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial se alistó en la Fuerza Aérea norteamericana, pilotando un bombardero. No respiréis que la historia sigue… Sufrió numerosos ataques de las fuerzas japonesas, salvando milagrosamente su vida. Hasta que un accidente finalmente hundió su avión, dejándolo con dos compañeros vagando por el Océano Pacífico en una situación mucho más que precaria.

No suelo informarme mucho cuando comienzo una biografía; lo imprescindible para decidir si me interesa el personaje. En el caso de «Invencible», – o «Inquebrantable», como también ha sido publicado en español-, ya sabía de sus glorias en las ventas y también que tenía su adaptación cinematográfica con bastante buen resultado, llevada a cabo por Angelina Jolie en 2.014, (que ya se sabe que los americanos catapultan rápidamente las historias personales tan excepcionales, pero especialmente cuando existe un telón de fondo patriota, que eso vende mucho).

Louie Zamperini, a punto de subir a un B-24, un bombardero que necesitaba de 11 tripulantes para su funcionamiento.

 

En cualquier caso, preferí dejar que Hillenbrand me sorprendiera con la historia de Zamperini. Precisamente por eso me quedo a la mitad de lo que se narra en «Invencible»  cuando llegamos al naufragio. Solamente con el terrible relato de supervivencia de esa parte podría haberse hecho un único libro. Eso significa que si pensáis que no se puede sobrevivir a tantas penurias, deberíais empezar a leerlo.

Liberación de prisioneros de guerra americanos en un campo de concentración japonés.

Liberación de prisioneros de guerra americanos en un campo de concentración japonés.

Laura Hillenbrand resulta ser, más que una novelista, una cronista de los hechos. Quiero decir con esto que en «Invencible» no hace alarde de un gran talento narrativo, en el aspecto más creativo y literario, sino más bien realiza una labor periodística muy bien documentada, sin valoraciones personales. Hillenbrand es toda una autora superventas que solamente tiene dos libros publicados hasta la fecha, pero ambos fueron llevados al cénit del bestseller y adaptados al cine (el primero de ellos es «Seabiscuit», dedicado a un legendario caballo de carreras).

 

Curiosamente, padece del síndrome de fatiga crónica; no quiero ni pensar lo que sería de Hollywood si esta mujer publicara un libro al año.

Hillenbrand, agotada solamente de pensar en las penurias del asombroso Zamperini.

Hillenbrand, agotada solamente de pensar en la azarosa supervivencia del asombroso Zamperini.

 

Open (André Agassi)

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Open (André Agassi)

Las biografías son una variante literaria que me resulta apasionante. Pero cuidado, no son tan concluyentes como nos quieren hacer creer: no existe una única versión de los acontecimientos, como ya bien sabréis los más espabilados. A pesar de esto, solemos abordar las biografías como verdades absolutas, especialmente cuando el autor es el propio protagonista. 

En «Open», al autobiografía de Agassi, se olvida uno de toda esta morralla que os acabo de contar. Porque se olvida hasta de que está leyendo.

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André Agassi: 80’s mode. ¿Alguien que le odiaba le dijo que le sentaban bien las mechas ?

Si alguna vez os habéis sentido inseguros, débiles, patéticos o confusos, «Open» es la autobiografía donde podréis comprobar que no os diferenciáis tanto de una leyenda del deporte de élite. Parece que un colega os esté relatando su historia. En este sentido, me parece todo un acierto la foto de portada. No se puede ser más sincero, si me permitís la expresión.

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En varias ocasiones he terminado algún párrafo y he cerrado el libro para mirar a Agassi a la cara, en serio, como si debiera de haber contacto visual con el interlocutor, lo mismito que en la vida real, oye… No estamos los lectores acostumbrados a
tanta humildad.

 

En este sentido, la proyección del relato es buenísimo, puesto que consigue esa intimidad que os decía, donde Agassi parece CONTARTE A TÍ, en confidencia, cómo ha sido su vida. Este aspecto me hizo dudar un poco de la autoría de «Open». En portada no aparece ningún otro nombre, siquiera como colaborador. Normalmente este tipo de obras necesitan de un autor profesional que apuntale su configuración y redacción, para que no resulten desestructuradas ni aburridas. Esta cuestión queda revelada al final, donde Agassi agradece a J. R. Moehringer, Premio Pulitzer de periodismo en el 2.000, su labor como coautor de «Open».

«Open» ha sido todo un fenómeno de ventas, lo cual viene a resaltar lo fácil que es de digerir (independientemente a que palabras como drive, tiebreak, ace o volea puedan sonarte a nombre de chupito en Magaluf). Merecen destacarse las opiniones sobre sus rivales, sus dosis de humor negro – ¡¡¡su pelo, su peloooooo!!!-, y cómo no, su historia con Stephanie Graff, que suena tan auténtica y normal que deja por los suelos ñoñeces tipo Beckhams y similar.

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After (Anna Todd)

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After (Anna Todd)

A estas alturas, qué se puede decir del fenómeno literario juvenil de «After«. Lo de la publicación de este libro y cómo ha llegado a ser un auténtico bombazo es verdaderamente una historia que merece la pena contar por enésima vez. Muchos ya sabréis que fue publicándose por entregas en la plataforma Wattpad, en la que los usuarios publican todo tipo de relatos. Pero mira tú por dónde, con «After« empezó el asunto del enganche en los lectores, así que finalmente Anna Todd recibió una oferta multimillonaria, de ésas que te cuentan en las películas cuando quieren hacerte saber que perseguir tus sueños tiene recompensa. Y la jugada ha salido redonda, porque se ha convertido en un fenómeno juvenil, al más puro estilo que yo defino como fan-fatal. De hecho, ya existe proyecto en firme para una película, y eso que Todd publicó en Wattpad el primer capítulo en 2.013. Creo que uno de los aciertos a la hora de vender el producto y hacer de él algo nuevo ha sido que el libro lleva asociada una app de móvil para seguir la historia.

Anna Todd en Madrid, rodeada de su armada de fans-fatales (ojo: sólo chicas o_O)

Anna Todd en Madrid, rodeada de su armada de fans-fatales (ojo: sólo chicas o_O)

La trama no es nada del otro mundo, al fin y al cabo: chica buena y estudiosa comienza estudios universitarios y ve el cielo abierto cuando, a través de su compañera de habitación (por supuesto, todo lo opuesto a Tessa, la protagonista), conoce al chico más molón y problemático del campus. Ni que decir tiene que a partir de entonces vive la vida como si no hubiera un mañana: alcohol, fiestas, cambio de imagen, y mucho sexo. No olvidemos el sexo, que tiene una importancia fundamental para todos nosotros, pero tratándose de una ingenua virgen de provincias, no te quiero contar las que se monta con Hardin Scott, el romeo de esta historia. Hay quien acusa a Todd de abusar de las escenas de sexo a sabiendas del morbo que despiertan, literariamente, después de fenómenos como «50 Sombras de Grey» y similares calenturrias de alcoba… Pues sí, no os voy a engañar, hay sexo con detalle, pero nada que no se haya visto antes.

Tópico donde los haya del chico malo y atractivo que hace realidad los sueños femeninos hasta los 25, que pisas un poco tierra.

Tópico donde los haya: chico malo y atractivo que hace realidad los sueños femeninos hasta los 25, que pisas un poco tierra. Hardin Styles, de One Direction.

Para acompañar esta trama está el hecho de que Tessa y Hardin pertenecen a mundos distintos y lo mismo se aborrecen infinito, que se amanceban cual conejos . Lo que viene siendo una relación tóxica de amor-odio de las de toda la vida. Estas relaciones, aunque sea en la literatura, han dado mucho de sí, pero tienen ese ritmo cíclico que las hace un poco previsibles: después del odio viene el amor, y viceversa. Esto hace que las intrigas acaben resultando un tanto repetitivas. Lo que no se puede negar es cómo de adictivas son estas historias, no importa si las viven otros, o incluso si esos otros no son reales. El ni contigo ni sin ti de toda la vida engancha, engancha mucho (no hagas como que no lo sabes). Y eso es lo que pasa con «After«. Por lo demás, yo no diría que la cosa dé como para cuatro volúmenes.

 

Otro de los datos curiosos que los más afines a la saga «After« conocen, es que el personaje principal masculino está basado en Harry Styles, el componente guapito/malote de One Direction, grupo del que la autora es fan (fatal). Para quien no siga al grupo, es aquél con un pelazo como el león de la Metro Goldwyn Mayer.

Dicho esto, he estado echando un vistazo por la red y, como os podéis imaginar, hay miles de entradas relacionadas con After, tanto con el libro propiamente dicho – se ha publicado por entregas, por lo que hay cantidad de reseñas a cada una de ellas… desde luego, estos editores, qué espabiladillos son – , como relativas a la futura peli (imaginad la que hay liada elucubrando sobre el posible Harry. No se había visto nada igual desde «50 Sombras..«). El caso es que no he visto ningún actor que dé tanto el papel de Scott como el susodicho Styles. Qué cosa esto de la inspiración (!).

Os dejo el videobook para que opinéis vosotros mismos.

El jilguero (Donna Tarth)

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El jilguero (Donna Tarth)
Donn Tarth. Comunidad Lectora

La enigmática Donna Tarth: Vive en una granja en Virginia y escribe un libro cada 10 años. Apenas concede entrevistas. ¿Hay algún punto del patrón ‘escritora de culto’ que no cumpla esta mujer?

Acabo de terminar este libro esta misma tarde. Me ha parecido tan inmenso que no he podido evitar ponerme a escribir inmediatamente sobre él. He estado echando un vistazo a lo que se dice de El jilguero en la red, aunque en realidad ya sabía que Donna Tarth es una de las autoras norteamericanas más notables – yo creo que tiene un halo europeo que hace de ella la escritora bohemia, al estilo al que anhlea y aspira todo buen cosmopolita norteamericano, es decir: un «Dickens en París», mezcla de talento, misterio y glamour -. También supe que Amazon había galardonado a esta novela como ‘Libro del Año’; y luego, ¡ZASCA!, se lleva nada menos que el Pulizter 2014.

Donna Tarth es una autora muy poco prolífica, escribe una obra cada década, aproximadamente. Pero si con su primera novela, ‘El secreto’, ya disfrutó de un rotundo éxito, a la tercera, ‘El jilguero’, se le ha llegado a considerar una de las obras maestras de inicios del S. XXI. He podido ver la única entrevista que la autora ha concedido para hablar de esta maravillosa obra, (subtitulada: aquí) y la verdad, me ha decepcionado un poco escucharla hablar de cosas que no eran,  exclusivamente, el libro. Porque me ha dejado tan obsesionada que necesito saber más sobre ese laaaaargo proceso de creación. El jilguero ha sido escrito durante 10 años. ¡¡Diez añazos!! ¿Pero vosotros recordáis dónde estábais hace 10 años! La agenda de Donna Tarth no debe tener muchas páginas… Lo que sí es cierto es que mantiene ese aura de intelectual misteriosa, que no concede entrevistas, admirada, inalcanzable. Un poco la Greta Garbo de las letras norteamericanas. Yo sigo diciendo que, de todas formas, a estos yankees les va mucho esto de adornar las cosas de un resplandor peliculero, pero a lo que íbamos…

No sé si voy a ser capaz de hacerle el suficiente honor a esta obra al hablaros de ella. Simplemente: inmensa.  El jilguero es un libro redondo. No sólo la trama es difícilmente definible (tranquilos, lo voy a intentar) por sofisticada, sino que ésta se desdobla lo suficiente como para no ser lineal, sino que tiene suficientes giros como para abarcar estilos como la novela negra, el drama, o la novela juvenil, evitando siempre finales predecibles. Destila de todo, pero lo francamente difícil de describir, y a la vez una de las razones por las que es tan hipnótico es ese nivel de in-ti-mi-dad. Con Theo, con su entorno, con su trabajo, con su drama, con sus adicciones. Con el cuadro.

Tampoco había oído yo antes nada sobre el cuadro que tiene tanto valor en esta historia como Theo y que se llama precisamente igual que la novela. Parece ser que su autor, Carel Fabritius, un pinto flamenco del S. XVII, también tiene una historia detrás, debida sobre todo a su prematura muerte y a la falta de datos acerca de su vida. Por supuesto, he estado informándome todo lo que he podido sobre él porque no puedes terminar este libro sin ir derecho a Google a verlo, aunque sea a través de píxeles. Con todos ustedes, El jilguero de C. Fabritius.

El-jilguero, de C. Fabritius. Comunidad Lectora

Los pensamientos del protagonista te llevan muy lejos. Lo compadeces. Lo entiendes. Lo puedes sentir. Las últimas 10 páginas son de un filosófico que, lejos de asustar, te deja convulso pero con los ojos muy abiertos. De sorpresa y admiración, se entiende, no es que provoque ataques epilépticos a lo ‘Pokemon’. Y, una vez terminado el libro (ojito, son más de 1.100 páginas), sigues con esa sensación de vértigo. Vértigo profundo pero muy racional, analizando en soledad, con el libro en la mano, esas reflexiones sobre qué es ser uno mismo, las sensaciones que nos produce enfrentar la realidad, y también todolo contrario: qué sentimos cuando traspasamos la línea porque queremos ser algo que no somos, no poder elegir, a pesar de todo. Y por supuesto, sobre el arte.

En fin, el caso es que otra de las peculiaridades que me ha dejado sin aliento con esta novela es el nivel de descripción de los mundos que trata: la orfandad, el arte, shock post-traumáticos, el mundo de las antigüedades y la restauración (con detalles de una profesionalidad increíble), las drogas, la alta sociedad neoyorkina, el mundo del crimen organizado. De todo sabe estar mujer y todo lo expresa con una rotundidad que es invetable pensar si tirará de experiencias propias a la hora de documentar las vivencias de Theo. Que no son pocas (acompañamos al protagonista desde su pre-adolescencia hasta una madura juventud), y teniendo en cuenta, como decía antes, ese grado de intimidad en que logra Tarth que te veas involucrado como lector. Parece que estés leyendo el diario de alguien muy cercano, de un familiar, de un hermano.

Añadir, por último, porque merece una mención, la calidad de la escritura, la elección de las palabras y la traducción. Lo dejo en un sólo epíteto, para que no quede muy empalagosa la crónica: sublime.

Las brujas de Salem (Arthur Miller)

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Las brujas de Salem (Arthur Miller)

Con «Las brujas de Salem» innauguramos nuestra sección de teatro. El teatro es una forma literaria que considero infravalorada por el gran público en favor de la novela, cuando lo cierto es que el primero nos permite una lectura tremendamente fácil. El autor contribuye más a la hora de dibujarnos el marco imaginario donde se desenvuelven los personajes y desarrollan las tramas. Es cierto que en la novela se establece de igual manera una descripción de los personajes y sus relaciones (aspectos fícicos y psíquicos). Pero bien es verdad que con el teatro, además, podemos experimentar cómo nuestra imaginación vuela al lado de la del propio autor, puesto que no sólo nos plantea la historia, sino que va más allá con la descripción detallada de escenas, decorados, iluminación… En fin, lectores vagos del mundo: el teatro es vuestra respuesta.

Lo cierto es que se trata de una obra (repito lo de sieeeempre: en mi humilde opinión) más bien tirando a facilona. No lo digo Juicio-a-las-brujas-de-Salem. Comunidad Lectoradespectivamente, más bien quiero referirme a que puede leerse en dos días sin despeinarse, sin que nos resulte apagada, lenta o aburrida. Tiene una trama realmente atractiva, y es que para quien no lo sepa, el juicio de las brujas de Salem fue un hecho real, ocurrido en Salem (Masachussets) en el S.XVII, en una comunidad cristiana de un fanatismo extravagante incluso para entonces, (comparadlo con los fiestones de Versalles, misma época), donde el mero hecho de bailar era pecaminoso.

Y hete aquí que un grupo de jóvenes es sorprendido en plena danza campestre, siendo ésta la disculpa para que se liara la de Dios es Cristo – comentario aquí muy bien traído – cuando acaban por ser consideradas brujas, acabando por delatar a otras tantas supuestas compañeras de aquelarre. Y ancha es Castilla. La sospecha, los abusos, las enemistades, los mandamientos, el chantaje, la mentira y el miedo tienen en «Las Brujas de Salem» un caldo de cultivo que pudiera ser muy fiel a los hechos reales. No en vano Miller se documentó para acometer su obra. Éxito rotundo en teatros de la época, por otra parte.

Love is in the air. También los intelectuales con gafas se enamoran.

Ahora bien, se espera una de semejante genio de la Literatura, premio Príncipe de Asturias de las Letras, ganador en dos ocasiones del premio Pulitzer, considerado uno de los mejores dramaturgos del S.XX., algo un poco más… complejo. No es que la obra no me haya gustado, todo lo contrario. La recomiendo fervientemente, pero bien es cierto que uno espera algo más. Quizá sea el valor que se tuvo la obra como arma arrojadiza contra la política del presidente norteamericano McCarthy y su personal «caza de brujas» contra el comunismo, lo que le quita un poco del aire místico y oscuro de la época.

«Las Brujas de Salem» tiene innumerables versiones, por supuesto en teatro, además de series de TV y películas. No las he visto todas, Dios me libre, pero sí puedo deciros que sin duda, sin duda alguna, mi John Proctor es Daniel Day-Lewis de aquí a Masachussets.

John Proctor-Lewis. Comunidad Lectora