
No hace mucho que leí esta novela, y sin embargo hacía mucho tiempo que tenía en mente leerla. Para mí, no es una obra francamente destacable, a pesar de que cuenta en su trayectoria con haber quedado finalista de los Premios Planeta en el año 1998. Me ocurre con esto de los Premios que me gustan, «pero no…». Me explico: me sirven de gran ayuda cuando quiero descubrir autores de los que no he oído hablar, pero a los que quiero leer. O de aquellos que sí he oído hablar, pero no conozco una obra destacada por la que decantarme para empezar. Y hago aquí un inciso para opinar sobre el Premio Planeta.
Raro es el año que no lo otorgan a un autor suficientemente reconocido, a pesar de que estos, por salvaguardar las sospechas sobre la calidad de sus obras, se presentan en su mayoría con seudónimos – al menos los que vienen ganando los últimos años-. Y algunos os preguntaréis por qué hablar tanto de los Planeta ahora… No sé si estaréis al tanto de las polémicas que se derivan del fallo de este premio. Precisamente porque (¡oh!, casualidades de la vida) en casi todas las ocasiones el Primer Premio o Finalista va a parar a escritores/as ya consagrados. Se acusa al grupo que lo otorga (Prisa, para los más despistados) de asegurarse las ganancias de las ventas de estos libros premiados, yendo a tiro fijo con los galardonados. Famosas son ya las declaraciones de Juan Marsé hace algunos años, después de formar parte de su jurado. Es por esto que algunos autores se presentan con seudónimo, intentado despejar así las posibles dudas en caso de ser elegidos, avalando de esta forma que ha sido juzgada su obra y no su proyección comercial.
Bien, aclarado esto, el Planeta no es un premio del que yo me fíe a pies juntillas por lo anteriormente he expuesto. Sin embargo, he llegado a picar en muchas ocasiones, y lo que te rondaré, morena. Con Pura Vida me ocurrió algo así. Y me decepcionó.
Tengo que decir que la historia me pareció más de tele-novela que de novela, merecedora además de un premio como éste. Tipo: «chica joven, guapa, inteligente, adinerada y desencantada, busca al otro lado del mundo nuevas experiencias. Que encuentra chico macizo (el más macizo del barrio, ¡cómo no!), y se enamoran.» Hasta aquí no podía ser más típica la historia, pasando, por supuesto, por la diferencia de clases sociales entre ambos. Lo mejor de todo es que la acción se desarrolla en Costa Rica y bien es cierto que algunos de los pasajes describen la vida de parte de la población que nos puede resultar sorprendente y con los que podemos aprender cosas nuevas, igual que le ocurre a la protagonista. Eso, y las ganas que te quedan de trabajar para la ONU y vivir una experiencia amorosa en pleno Caribe, son lo mejor de la novela. Nada más.
Los personajes me resultaron planos, aburridos y predecibles. Al menos la historia no termina bien, si no sería cuestión de proponer que se hiciera una película protagonizada por Jennifer Aniston y terminamos.
Hay que mencionar (ya que hemos hablado de la polémica sobre lo mediáticos que son algunos de los ganadores/ finalistas del Planeta) que el autor, Mendiluce, es una persona cultivada que saltó a los medios por encabezar las listas de los Verdes para las elecciones a la alcaldía de Madrid en 2003, y que durante la campaña protagonizó algunos artículos con motivo de su salida del armario. Bien es cierto que esto ocurrió varios años de quedar Finalista con esta novela.
A pesar de lo dicho, tengo que mencionar que a casi todas las personas que conozco y que han leído Pura Vida, les ha gustado. Así pues, como siempre, lo que recomiendo es que la leáis y juzguéis. No se trata de una lectura tediosa, por lo que puede llenar perfectamente las horas de esas tardes en las que nos gustaría estar bañándonos en el Pacífico entre palmeras, pero estamos en cualquier otro sitio y con ganas de leer algo sencillo.